Huella y presencia (tomo IV)

Hl'El.lA Y l'RESE:--CIA IV Andacollo y La Tirana, acompañado por amigos agnósticos y portadores de una interpretación materialista de la historia. Escoge el camino de la Neurología, pero simultáneamente asiste a Psi- quiatría, en una expresión de inquietudes que lo acompañaron toda su vida Mente y Cerebro, ¿cómo penetrar el misterio? Recibió enseñanzas de sus maestros Hugo Lea Plaza y Guillermo Brinck P., y de su amigo Armando Roa, siempre dándole vuelta a los temas que continuamente trascienden al ser humano, con humildad, observando acuciosamente, describiendo en forma precisa, usando las palabras de acuer- do a su real significado, tomando aromático café, fumando incansablemen- te, en un verdadero ritual todos aprendimos en la oficina de Manuel Parra Jiménez, aludiendo a mi condición de cirujano graciosamenl e señalaba: "es- tamos operando", queriendo significar así el respeto natural que involucraba la gestión. A nosotros "los aprendices de brujo" nos quedaba grande las figuras de Lea Plaza y Brinck P. y nuestro gran traducLOr de los pensamien- tos de aquellos fue Manuel Parra en una proyección única, para las genera- ciones futuras y al mismo tiempo se hizo depositario del acervo neurológico, que en nuestra clínica neurológica universitaria se inició más de un siglo atrás: Carlos Sazié, Augusto Orrego Luco, Joaquín Luco Arriagada, conti- nuada con Lea Plaza y Brick P., llegando a nosotros con Manuel Parra. La docencia se continuaba en el "Pío Nono", antiguo Restaurante-cervecería que existía en la calle del mismo nombre, en el hoy día famoso "Barrio Bellavista", allí se daban cita; artistas, políticos, estudiantes y docentes uni- versitarios, maestros de la construcción, etc.; en ese ambiente seguíamos conversando de lo humano y lo divino y muchas, muchísimas veces, termi- nábamos instalados en la casa de Manuel, donde éramos exquisitamente atendidos por su esposa la señora Renée Almendariz, quien siempre nos ha acogido con una amplia y cálida sonrisa. "La universidad está en todas partes", solía decir el profesor Guillermo Brinck P., "yo enseño y aprendo en las esquinas mientras espero microbús". Fiel reflejo de este concepto y ensei'lanza fue la vida de Manuel Parrajiménez como Maestro no sólo nos daba el conocimiento de la disciplina en cues- tión, sino fundamentalmente en las diversas concepciones de la vida. El cerebro de la lógica o como dicen otros de la razón no basta, es indis- pensable en cerebro del afecto, es éste que da expresión de vida al otro. Esta resonancia afectiva, la observación meticulosa, la descripción completa, la paciencia, la reflexión, la meditación, un juicio valorativo del tiempo de di- fícil percepción para los demás, ya que ello involucra una proyección hacia el futuro, a través de las personas, incansable, "enseñar es repetir" en diver- sas tonalidades, una y otra vez y así afinando continuamente el quehace r, disfrutando con aquello, con generosidad interminable, sintiéndose regoci- jado y gratificado con el o los triunfos de los discípulos, estimulando siem- pre a la gente joven a la superación. Abriéndole camino, dando al discípulo que reconozca sus reales habilidades y así pueda sacar con éxito su tarea 50

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