Huella y presencia (tomo IV)
HUELIA Y PRESE'.'ICJA IV el cual era un eximio escultor, una de sus obras se encuentra en la Escuela de Medicina y otra en el Hospital Clínico de la Universidad de Chile. El profesor Monckeberg me ofreció la oportunidad de ingresar a su ser- vicio como ayudante y posteriormente residente; permanecí once años tra- bajando con él y todavía continúo en el servicio que el creó. La obstetricia imperante en la época que relato, basaba los diagnósticos en el manejo clínico y trataba de obtener a todo trance, el parto por vía vaginal, lo cual se cumplía en el 95% de los casos. La operación cesárea involucraba un gran riesgo de peritonitis emanada de la prolongación del parto en espera de la solución vaginal, en una época preantibiótica, la penicilina se empieza a usar en Obstetricia en nuestro medio alrededor de 1942. t No existía la anestesiología: la raquianestesia y la anestesia general eran proporcionadas por lo.s mismos obstetras, las matronas daban anestesia ge- neral para los partos vaginales operatorios, con una mezcla de cloroformo con éter o éter en la operación cesárea. La reanimación del recién nacido asfíctico era de responsabilidad del obstetra, ya que no existía residencia pediátrica, solo había un control de los niños al mes de su nacimiento, efectuado por el Dr. Raúl Gantes Arestizaba l. Otra de las funciones del residente era hacer las transfusiones de sangre del brazo del donante a la receptora, las hemorragias eran causa frecuente de muerte materna, no existían los bancos de sangre y los do- nantes generalmente eran funcionarias de la maternidad y a veces los médicos. Ya mencionamos que se trataba de obtener a todo trance el parto vaginal, para ello hacíamos aplicaciones difíciles del fórceps, todo los partos en nal- gas fueren madres en su primer parto o multíparas, se resolvían por la vía vaginal, igual predicamento se tenía en los partos gemelares, situación que hoy son indicación de cesárea. Cuando la pelvis era estrecha, se ampliaba separando los huesos pubianos con un corte de sus ligamentos, interven- ción conocida como sinfisiotomía. Esta obstetricia de alto riesgo no estaba exenta de complicaciones y esto que hoy nos parece inconcebible, era la realidad cotidiana en esa época. El promedio de partos atendidos en los primeros 10 años, fue de 4 a 6 diarios, aumentando a 10, en la década del 38 al 48. La residencia en la Maternidad San Vicente La residencia médica es lo más representativo del quehacer urgente de un servicio donde quienes la forman adquieren entre ellos un grado férreo de compañerismo y amistad derivadas de las situaciones a que se han visto abocados. Ubicada en el corredor oriente del edificio en el primer piso, constaba de tres dormitorios, un baño, cocinilla, living y comedor, tenía salida hacia el callejón que era el acceso hacia el Hospital por la calle Profesor Zañartu. 24
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