Huella y presencia (tomo IV)
lll. EI.I .J\ Y l 'RF.SJ •:\"CI.•\ IV país, dando charlas y hablando con los estudiantes, además de su calidad profesional dejó en t rever que era una persona muy alegre. A decir verdad me habían impactado sus carcajadas explosivas. Creo que e n el fondo fue eso lo que galilló mi in terés por ser parte de su laboratorio. Le escribí para sabe r si me recibiría y gentilmente accedió·•, reconoce. Junto a Lucía Vida!, también médico, se subieron a un avión de vuelo chaner que traía a Chile caballos de carrera y que de vuelta llevaba a Miami pasajeros arriesgados motivados por la escasez de recursos económicos. "Yo nunca me había subido a un avió n. La prime ra experiencia no fue muy buena, lo que es bastante lógico si conside ramos que esas máquinas se ha- bían usado en la guerra. Recuerdo que al llegar a la zona del Caribe nos enfrentamos a unas terribles tempestades que nos marearon hasta el límite. Recié n cuando ate rrizamos pudimos recobrarnos. Ahora que lo pie nso o b- se rvo con asombro nuestra absoluta inconciencia y despreocupación", at'ia- de. Una vez en Estados Unidos se dirigieron a Nueva York. Durante diez días recorrieron entusiasmadas la gra n manzana. Después Lucía Vida! continuó su camino, rumbo a St. Louis, donde la espe raba una beca ele perfecciona- miento, en tan to la d octora Pin to dirigió sus pasos a Ballimo re. 150
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=