Huella y presencia (tomo IV)
promoción de un servicio con cierto compromiso social. Los altos arance- les, la seleclividad social que el crecimiento del sistema de formación médi- ca ha impreso, y e l fuerte énfasis en el logro individual, la competencia y la maximización de las ganancias, han llevado a un fuerte deterioro en el ideal humanista. Esto se ha visto notoriamente facilitado por reglas permeables y débiles que promueven mecanismos simples de análisis económico como criterio único para la evaluación del desempeño universitario. El ideal hu- manista no consiste en servir con gratuidad o por el sólo espíritu de dar; debe más bien leerse como una vocación que coloca al ser humano como el objeto último de cualquier desempeño, y no como el instrumento para lo- grar un objetivo último como es la ganancia material. Se trata de una cues- tión de enfoque, de un aspecto profundamente formatlivo que debe perseguirse en la formación profesional en general, pero en la médica muy en particular. Tarea difícil hoy en día por las fuerzas sociales contradictorias que están en juego, como también por el arrastre de una cultura de fomen- to del materialismo y de lo avalórico que viene de mucho antes, como una cierta "moda" social. El tema mencionado esta profundamente vinculado a la ética. La cues- tión de la "recuperación pronta de la inversión", que parece constituir uno de los capítulos más importantes de la formación profesional de hoy, se contrapone muchas veces con el cuidado debido por principios de respeto por el paciente y su familia. La disponibilidad de tecnología altamente sofisticada, la existencia de mayor información por parte de los pacientes y sus fami lias colaboran a hacer más factible la prolongación o extensión de t ratamientos de otra manera mucho más acotados. Este es un aspecto que los programas de ética médica, como los propios cuidados del Colegio y de la Asociación de Facultades de Medicina, están cuidando con el mayor es- mero, como nuestra Facultad lo ha practicado en fo rma seria y sistemática. Pero hay otros aspectos que van mucho más allá. Por ejemplo, la existencia de seguros y de incentivos para establecer demandas por mala práctica ha ido también desembocando no sólo en mayores costos, sino también han tendido a empañar la relación médico paciente. Se ha creado un "velo financiero" en una relación que es más fluida y productiva para el paciente y el médico si se eximiera de las expectativas que se anidan muchas veces en el marco de los procedimientos y sus consecuencias. Po r otra parte, la pro- pia observación del paciente como un mero "cliente", tras quien existe una paga más o menos rentable, deteriora la calidad integral del servicio, lo aleja de su concepción humanista, y lleva a enfatizar lo material en lugar del propósito de alejar el dolor y el sufrimiento. Hn1A:siJS~10 Y ~1EDIC:INA: l'N llETO Clll'CIAI. Se trata, evidentemente, de lograr un adecuado equilibrio entre el pro- pósito médico, estrictamente, y su dimensión material y financiera. Así como 138
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