Huella y presencia (tomo III)

HUELLA Y PIU-~<;ENCJA 111 También Neruda alude a lo mismo, cuando en sus Memorias dice: "... todo está en la palabra... una idea entera se cambia porque una pala- bra se cambió de sitio, o porque otra se instaló como una reinita en una frase que no la esperaba y que le obedeció... (Las palabras) tienen som- bra, transparencia, peso, plumas, pelos, tienen de todo lo que se les fue agregando de tanto rodar por el río, de tanto transmigrar de patria, de tanto ser raíces..." (8, p. 77). Neruda expresa en forma afirmativa lo que George dice en forma negativa. En Neruda "todo está en la pa labra"; en George nada hay al faltar ella. Una idea análoga encontramos en esta parte de la Novena Elegía reproducida por nosotros: "... (J?stamos aquí) para decir de una manera tal como las cosas mismas jamás / pensaron ser en su intimidad". Esto significa que nuestras palabras llegan a la esen- cia misma de las cosas y les dan su ser. Pero e l papel de la palabra frente a las cosas es, según Rilke, doble. Por un lado está esa capacidad de ha- cerlas surgir de la nada y luego penetrar hasta su esencia misma; por otro, debemos salvarlas. ¿Y en qué consiste esta salvación? La respuesta está en la misma Novena Elegía, cuando dice: ..."y estas cosas que viven de la muerte comprenden que tú las e logies; ellas, las fugaces, confían en que nosotros, los más efímeros, seamos capaces de salvarlas. ¡Ellas quieren que las transformemos del todo en un corazón invisible -oh infinitamente- en nosotros!, quienquiera que sea seamos al final...". El hombre debe hacer invisibles las cosas, vale decir, eternizarlas a través de su palabra, de su verso. Y las cosas están ahí esperando que nosotros procedamos a esa transformación, todas las cosas, no sólo e l cántaro o el manantial, sino también la madre tierra entera, algo que el poeta manifiesta expresamente en el verso siguiente: "Tierra, ¿no es esto lo que tú quieres: resurgir en nosotros invisible? ¿No es tu sueño ser invisible alguna vez? ¡Tierra! ¡Invisible! ¿Cuál, si no metamorfosis, es tu apremiante misión?...". R1um Y 1A ACCIÓN Después de un largo recorrido en la búsqueda de algo duradero, de algo que permanezca y que no sea destruido por el tiempo y en un intento de acortar esa distancia infinita que percibiera en las dos primeras elegías en- tre el hombre y los ángeles, el poeta descubre el valor de la acción, pero también su peligro. Nos referiremos primero a este último. En la quinta estrofa de la Séptima Elegía, dice: 98

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=