Huella y presencia (tomo III)

EL SILENCIO, LA PALABRA Y LA ACCION Dr. Otto Dorr Zegers E1. H ,M,1 r,s m, /IN,1 ,I,11I•un •I> Y I•1wrl'.vn111,w casi aterrado ras. Baste pensar en el impresionanLe comienzo del Evangelio ele San Juan: "En el principio era el Verbo / y el Verbo estaba en Dios y el Verbo era Dios... ", o en la alte rna ti- va propuesta por el genio de Goe the : "En el principio era la acción", para tener que reconocer el carácter casi insensato de la tarea ele abordarlo. Me restan sólo tres alternativas para salir del paso. La primera es reducir esLOs conceptos a un campo muy específico, como es e n mi caso el ele la medici- na. No cabe duda que sería del mayor interés una reílexión en profundidad sobre el poder de la palabra del médico, v. gr. la palabra ele consejo, de consuelo, o la palabra transformadora en la psicoterapia; sobre la trascen- dencia de su acción, v. gr. el '·acto médico" en su vertiente exploratoria (diagnóstica) y terapéutica; y por último, sobre la oportunidad de su silen- cio, v. gr. e l secreto médico o el problema ele la información al paciente sobre su enfermedad, contexLO en el cual deberá también saber callar. Pero esta tarea, ele por sí más cercana a mis posibilidades, requeriría un tiempo mayor del que disponemos para esta exposición. Otra alternativa se ría recu- rrir a algún filósofo que haya pensado sobre el Lema, con e l objeto de buscar inspiración en é l. No hay duda que quien más se prestaría para tal ejercicio es Martín Heidegger, cuyos estudios explícitos sobre la palabra, que inclu- yen reflexiones insupe rables sobre el si lencio y la acción , son muy profun- dos, así como de una permanente actualidad. Pero ocurre con Heidegger que si uno entra en su pe nsamiento ya no puede salir de é l, tal es la be lleza y el carácter abarcador y convincente de su discurso. Cómo se podrían supe- rar definiciones suyas tales como: "Das Won ist das Haus des Seins" (la pala- bra es la morada del ser ) (4); o "Das Won ist das Gelaut der Sti lle" (la pala- bra es e l repique [de campanas) del silencio) (5); o "Die Sprache ist die Blume des Mundes. In ihr erblüht die Erde der Blühte des Himmels entgegen" (el lenguaje es la flor de los labios. En é l se abre la tierra hacia la floración del cielo.) (op. cit.). Es difícil comenta r a He idegger, porque cuando uno lo intenta sólo se le vienen a la mente sus propias palabras, que lo atrapan como una medusa, porque uno tiene que reconocer que no se po- dría decir nada mejor al respecLO. Una tercera alternativa sería, por último, la de dejar hablar a algún poeta que haya LOcado en sus versos los Lemas que nos preocupan: el silencio, la palabra y la acción. He escogido a Rainer Maria 93

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