Huella y presencia (tomo III)

DRA. VALE:-;T1NA A cm,TA m, CR01zET ría Cristina Ramírez, Imo Rhoman, Gladys Smok, Alvaro !barra, Filberto Guerra, Arturo Espinoza, Adriana Cabello, Ruth Riquelme, Lía Sáez, Leo- nor Moyano, Claudia Morales, René López y Laura Carreño. El actual Jefe es del Dr. Alfredo Dabancens, persona de gran calidad científica y humana. Todos, de a lguna manera nos hemos beneficiado en e l Instituto de las ideas creativas de su fundador Emilio Croizet. 2. Capacidad de organización. Dio forma con perseverancia singular al Ins- tituto de Anatomía Patológica, recibió una Cátedra y entregó un Instituto organizado. Dada la especificidad del uso de esta obra se preocupó hasta de los detalles de construcción, aceptando los arquitectos y constructores las sugerencias que el profesor les hacía en aspectos tales como el tamaño del Auditorio principal, los sistemas reforzados de cimientos que permitieran agregar un tercer piso al edificio para ampliar la infraestructura cuando a futuro fuese necesario, como también dependencias subterráneas tapiadas para su posterior utilización. Se preocupó de la orientación Sur del pabe- llón de autopsia, para evitar el sol y el mayor calor de los veranos. No imagi- nó que esta actividad, Contraloría General de Diagnósticos Clínicos, iba casi a desaparecer con el tiempo por diversas circunstancias. Procuró que se hicieran para los patólogos oficinas independientes, confortables, dotadas como todo el Instituto de calefacción central, además de otras comodida- des. Pidió que se construyera un túnel que comunicara el subterráneo del Hospital J.]. Aguirre con el subterráneo del Instituto para que e l traslado de fallecidos fuera discreto y desapercibido. Se preocupó de la ejecución de Laboratorios específicos para Procesamiento Histológico que hoy usan los tecnólogos y de fotografías macro y microscópicas con sus respectivos equi- pos e insumos. También de boxes o cubículos bien dotados para el trabajo de laborantes. Y hasta del ángulo de inclinación de las escalas para no fati- garse en la subida; de las cámaras frigoríficas del subterráneo, de los monta- cargas, de las calderas de calefacción, etcétera. Si Hipócrates con su mirada hubiese saltado los siglos, hubiera repetido complacido su frase "todo previsto, nada improvisado". Después de su falle- cimiento la Facultad de Medicina presidida por los Profesores Amador Neghme y Alejandro Carretón, en una solemne ceremonia dieron el nom- bre de Emilio Croizet al gran Auditorio del Instituto. Por ahí pasan año tras año nuevas generaciones de estudiantes que reciben las enseñanzas de sus docentes académicos. Cabría recordar a Bias Pascal cuando escribió en sus reflexiones: "Toda la sucesión de hombres durante tantos siglos debe ser considerada como un mismo hombre que subsiste siempre y aprende continuamente". Las letras de bronce que escriben su nombre de lo alto de la pared frontal del Audito- rio, reciben las vibraciones de las voces médicas que transmiten el tesoro intelectual de sus conocimientos y de sus experiencias. También ahí queda- ron las nuestras. 77

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=