Huella y presencia (tomo III)

DR. RENI'. ARTIGAS González Rentería de México, Hugo Linares de Estados Unidos y Fortunato Benaim de Argentina. Asistieron 100 alumnos. El segundo se efectuó del 1 O al 14 de mayo de 1976, en el Estadio Palestino y sus Profesores fueron los Drs. Raul Couto Sucena de Brasil, Rafael Soto-Matos de Venezuela y González Acevedo de Colombia. Asistieron 180 alumnos. El tercero fue el más importante realizado hasta ahora, estuvo patrocina- do por la ISBI (lnternational Society Burns oflnjury), quien designó a los Profesores, Drs.José Bañuelos de España, Basil Pruitt, Roger Salisbury yDavid Heimbach, todos ellos de U.S.A., a quienes las ISBI canceló sus pasajes y los organizadores del Curso se comprometían sólo a financiar la traducción simultánea, el hospedaje y las atenciones en tierra chilena de los profesores enviados. Este Curso se realizó en el Centro de Convenciones Diego Portales. Asis- tieron 300 alumnos y resultó brillante por la calidad de los expositores tanto por su forma como por su contenido. Otro golpe del destino, en 1974 puso término a mi estada en el Hospital Manuel Arriarán, después de 26 años y me dejó en el Hospital Exequiel González Cortés, donde no existía una Unidad de Quemados pese a que era necesario. Este nuevo cambio no me separó de los niños quemados, seguí junto a ellos desde otro nivel de jefatura, pero siempre pendiente de todo su quehacer. Rápidamente me puse en campaña, hasta lograr que iniciara sus labores una muy sencilla Unidad, pequeña, con capacidad para 9 camas solamente y una salita de baños y curación, la que a pesar de su modestia, logró su objetivo, el que se ha visto confirmado por las excelentes estadísti- cas exhibidas actualmente por quienes me han sucedido, labor de la que estoy orgulloso por considerarlos un poco discípulos míos, pero con méri- tos propios. Ellos son el Dr. Belisario Caballero y la Dra. Dare Turenne. He pasado algo más de 40 años al pie de los niños quemados, época en que nada había y hoy día Unidades para niños quemados existen en todos los Hospitales de Santiago y ciudades importante de las regiones del país. El porvenir de estos pacientes es distinto al mundo de antaño, pero a pesar de tanto progreso, aún queda mucho camino por recorrer y más métodos de curación por descubrir, de modo que es necesario que nuestros seguidores no descansen ni crean que ya todo esta dicho y sigan en la senda de investigación y aprendizaje que con toda seguridad les acarreará muchos beneficios a sus pacientes y a ellos mismos. Otro aspecto importante lo realicé en el Decanato. El Prof. Patricio Do- noso a poco de ejercer dicho cargo, me designó integrante de la Comisión de Extensión de la Facultad. Allí ejercí una labor más bien pobre, pese a que se formularon excelentes proyectos, los que no fueron realidad en gran parte por falta de recursos económicos y algo también por no recibir el debido apoyo de otros Departamentos. En todo caso, para mí fue muy inte- resante por tratarse de un problema ajeno a mis labores habituales y en especial porque me permitió conocer y aquilatar la calidad humana del Dr. 41

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