Huella y presencia (tomo III)

ÜR.jORGE ALLENDE que el ADN es el material que contiene la información genética. Este descu- brimiento clave surgió de la pregunta de Avery de por qué algunas cepas de pneumococos eran virulentas y causaban la mortal neumonía y otras no lo hacían. Este descubrimiento no curó la neumonía pero nos dijo que los genes, ideados como conceptos por Mendel, estaban contenidos en las lar- gas y hasta entonces aburridas moléculas de ADN. La genética y la biología en esos momentos se hicieron moleculares. El siguiente gran paso fue dado en 1953 porJames Watson y Francis Crick quienes le dieron una genial in- terpretación a los datos de Rosalyn Franklin, quien estudiaba la estructura del ADN mediante difracción de rayos X. Watson y Crick propusieron la estructura de la doble hélice que de un golpe resolvió dos fundamentales preguntas de la biología diciéndonos que la información genética está con- tenida en la secuencia de las bases, las cuatro letras del ADN y que, al replicarse las células, las dos hebras del ADN de la célula madre se separan y cada hebra sirve de molde para la síntesis de una nueva hebra complemen- taria según las reglas de que siempre frente a una A, la nueva hebra debe ponerTy siempre frente a una G debe escribirse C. Ya, por lo tanto, hace 50 años se había planteado que para conocer toda la información genética del hombre había que conocer toda la secuencia de bases del ADN humano. Pero faltaban muchos aportes conceptuales y técnicos para plantearselo como proyecto realista. En la década de los sesenta se descifró el código genético por Nirenberg, Ochoa y Khorana. Ese hallazgo nos explicó como el idioma de 4 letras de los ácidos nucleicos se podía expresar en el idioma de 20 letras, los amino ácidos, que componen las prote ínas. Ya en ese momen- to, supimos que en cada tipo de célula el genoma (ADN) da origen a un proteoma (conjunto de proteínas) que es responsable de las actividades de esa célula. El desciframiento de la clave de equivalencias entre los idiomas de los ácidos nucleicos con las proteínas nos proporcionó dos otros magníficos conceptos. El primero es que esta clave es idéntica para todos los organismos vivos y por lo tanto afirmó que todos los seres vivos venimos a través de la evolución de un mismo tronco común validando tanto a San Francisco como a Darwin. El segundo concepto fue e l corola- rio del primero: si todos los seres vivos comparten los mismos idiomas de los ácidos nucleicos y de las proteínas, el material genético de un orga- nismo puede ser leído correctamente por otro organismo. Este corolario es precisamente el fundamento teórico de la ingeniería genética, de la biotecnología y de la generación de organismos transgénicos. Para hacer la ingeniería genética realidad, sin embargo, fue preciso e l desarrollo, durante las décadas de los 70 y 80, de una serie de técnicas que pe rmitie- ron cortar el ADN en trozos manejables, aislar trozos específicos que contenían genes e introducirlos en células vivas. Esos avances permitie- ron hacer adelantos espectaculares de la biotecnología como preparar insulina humana en bacterias, generar vacunas contra la hepatitis y la 25

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