Huella y presencia (tomo III)

TEc. MÉo. LnA Wm.NITZKY posiciones concretas en este sentido a la Dirección General de Beneficen- cia. Posteriormente, en 1943, el Dr. Carlos Viviani Contreras, médico radió- logo, de regreso de Europa, presentó a la Sociedad Chilena de Radiología, un plan para preparar Auxiliares Técnicas de Rayos X, Laboratorio e Histología. Luego, en 1944, el Profesor Anatomopatólogo Dr. Héctor Rodríguez Hernández presentó a la superioridad de la Beneficencia, un detallado informe sobre un Curso de Auxiliares Técnicos para Institutos Científi- cos que en su primer punto dejaba en claro que su nivel debería ser semejan- te al de las enfermeras y asistentes sociales, con lo que se establecía que serían de carácter universitario. Muy poco después, en abril de 1945, la So- ciedad Chilena de Transfusión y Hematología, en una comunicación a sus asociados, planteó la necesidad de contar con Bancos de Sangre bien orga- nizados y personal idóneo, necesidad que se hacía notoria durante las catás- trofes; y ese mismo año, el eminente hematólogo, Dr. Luis Sandoval Smart, propuso a la Dirección General de Beneficencia lo que debía entenderse por un Banco de Sangre eficiente y los requisitos para el personal necesario para su funcionamiento. Estaban en este punto las cosas, en octubre de 1946, cuando el Dr. Osvaldo Quijada Cerda, que recién había obtenido un Master en Administración Hospitalaria en la Universidad de Chkago, propuso al Dr. Enrique Lava!, Jefe del Departamento Médico de Beneficiencia, la creación en Valparaíso, de una Escuela de Nivel Universitario para la formación de personal técnico y administrativo con que dotar a las diferentes organizaciones de salud del país. Este Centro de Estudios fue luego trasladado a Santiago donde, con fecha 28 de febrero de 1948, por acuerdo N 2 1.11O, el Director General de Beneficencia, Dr. René García Valenzuela, dio por creada la Escuela de Téc- nica y Administración Hospitalaria, destinada a la formación de personal, para la investigación y colaboración para la mejor organización de hospita- les y otros servicios. Como director fue designado el Dr. Osvaldo Quijada, asesorado por un Consejo dirigido por el Dr. Enrique Lava) e integrado por Directores de Hospitales de la Beneficencia. Dicha Escuela inició sus labo- res con cursos destinádos a los Médicos Directores de Hospitales y, en sesión del Consejo Directivo, de fecha 23 de septiembre de 1948, fue aprobada la creación de los cursos para Técnicos Laborantes, en las Especialidades de La- boratorio Clínico, Banco de Sangre, Rayos X y Anatomía Patológica. Como Profesores Jefes de la respectivas Especialidades fueron desig- nados precisamente los precursores de esta enseñanza: en Laboratorio Clínico, el Dr. Alfonso Costa, Jefe del Laboratorio Central del Hospital Robe rto del Río; en Banco de Sangre, el Dr. Luis Sandoval, Hematólogo del Hospital San Borja; e n Anatomía Patológica, el Profesor Héc tor Rodríguez,J efe de l Se rvicio de Anatomía Patológica; y en Rayos X, e l Dr. Carlos Viviani, los dos últimos también del Hospital San Borja. Durante el primer año, a fin de dar facilidades para estudiar al perso- nal del Servicio que tuviera condiciones para ello y espíritu de supera- 147

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