Huella y presencia (tomo III)
HUEI.IA Y l'RléSEi\CIA 111 dios para contraer matrimonio, es estimularla a que, en lo posible, obtenga primero el título correspondiente lo cual le permitirá acceder más fácilmen- te a ocupaciones más lucrativas e independientes en el caso que se vea obli- gada a asumir comoJefa de Hogar. Reflexiones como las anteriores y muchas otras, surgen espontáneamen- te cada vez que tengo que hacer un recuento de mi vida médica. No se trata que no disponga de material científico acumulado sobre diversos temas que me han interesado y sobre los cuales podría explayarme, sino que aparece como prioritario el transmitir alguna de las inquietudes que me ha provoca- do el ejercicio de la medicina, en un país como Chile, en la s,egunda mitad del siglo XX y dedicado especialmente a la "mujer". La responsabilidad que ello implica es enorme, pues el cuidar de la salud femenina contribuye a la mantención de la salud de toda la familia y a la integridad del hogar. Creo que ello exige una mayor entrega nuestra, como médicos y como chilenos, pues bien sabemos que no todos han tenido la oportunidad de acceder a los mismos niveles de educación. Por lo tanto, una forma de ser solidarios con nuestras pacientes y con la mujer chilena en general es, primero, actuar en la mejor forma posible desde el punto de vista técnico, humano y ético, en la solución de los problemas médicos que ellas presentan y además, tratar en lo posible, de contribuir a su desarrollo personal, ampliando la base de sus conocimientos. Emociona el ver cuán receptivas son a cualquier información que le per- mita conocer y explicarse mejor muchos de los fenómenos fisiológicos que le ocurren a ella y a todas las mujeres de su entorno: madre, hijas, nietas, etc., y reconocer, a su vez las variaciones que pueden traducir un trastorno real. Hay muchas formas de llegar a ellas para lograr los propósitos anterio- res, ya sea durante la misma consulta, siempre que se disponga de tiempo y pueda establecerse un diálogo fluido y cálido que las motive a explayarse sobre problemas muy privados. También pueden efectuarse charlas informativas a distintos grupos de mujeres que las soliciten. Existen diversas organizaciones femeninas, las que, aunque dedicadas a otros rubros, se manifiestan interesadas en ampliar sus conocimientos en problemas de salud. Nuestro deber es acceder a esas soli- citudes, ello es parte de nuestro rol como docentes, ya que las labores de extensión también constituyen funciones universitarias y, aunque así no fuera, ello es una forma de solidaridad con miembros de nuestra sociedad chilena. Importante, frente a esta clase de auditorio, es precisar que los concep- tos emitidos en estas circunstancias deben ser muy cuidadosos, transmitir hechos ya probados y generales y no referirse a problemas médicos en estu- dio y, en lo posible, no preconizar terapias cuyas indicaciones sean relativas. Todos los seres humanos somos diferentes y las reacciones frente a diver- sas circunstancias también pueden ser diferentes y esto es muy importante, especialmente en lo que se refiere a tratamientos médicos, cuya respuesta 136
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