Huella y presencia (tomo III)

H l'EUA V l'RESH,CIA 111 ciencias físicas, matemáticas, biológicas y la excelencia que se respira en todos los ámbitos.Junto con esta alegría recibí la noticia de la muerte de mi padre que lo encontró sólo, triste y sin memoria. A nuestro regreso de Cambridge decidimos vivir cerca del laboratorio de Montemar denominado Laboratorio de Fisiología Celular de la Facultad de Ciencias. Este mismo año la Facultad de Ciencias inició un programa de Doctora- do a mi cargo. Los primeros graduados de este programa fueron dos estu- diantes del Departamento de Biología de la Universidad Católica, los Profe- sores Francisco Bezanilla yJulio Vergara (actualmente en la Universidad de California, Los Angeles) y dos estudiantes del Departamento de Biología de la Facultad de Ciencias, Profesores Cecilia Hidalgo y Ramón latorre. El año 1971 el Decano AlfredoJadresic me comisionó para que amalga- mara Fisiología y Biofísica en un solo Departamento. Con este propósito, se reclutó para la docencia de Biofísica a los siguientes Profesores: Illani Atwater, Fancisco Bezanilla, EnriqueJaimovich, EugeniaJedlicki,Julio Vergara. Para los trabajos prácticos se contrató a seis académicos jóvenes, todos bajo mi dirección. Todo esto terminó de la noche a la mañana el día 11 de septiembre de 1973. Yo, el que deja "Constancia y Presencia" debí salir de mi patria gracias a la ayuda del Profesor Richard Keynes de la Universidad de Cambridge, R.S.Fellow, U.K. que pagó el transporte aéreo de toda mi familia (Profesora Illani Atwater, 3 niños y dos niñas) y nos albergó en Cambridge. Mientras tanto el Rector de turno en la Universidad de Chile, el 3 de octubre median- te un Decreto firmado por el Rector, fui despedido de todos mis cargos en la Universidad de Chile, Profesor Titular en nuestra Facultad y en la Facultad de Ciencias, remunerados o no remunerados en forma re troactiva. Ingresé a nuestra Facultad de Medicina el año 1957. Viniendo de una familia humilde por fuera y soñadora por dentro, desde el primer año recibí mucha atención de los docentes en los cuatro cursos. En anatomía normal humana hice cerca de un centenar de preparaciones cadavéiicas. La gran mayoría de estas preparaciones se usaron en otros grupos de la misma clase. En química me nombraron ayudante alumno para lavar material de vidrio y para liderar mi grupo. En física el profesor Paolineli me invitaba para que ayudara a preparar los modelos docentes, desde el registro de ondas eléctri- cas con el electrocardiógrafo hasta la óptica de los microscopios. En Biolo- gía celular Pablo Rubenstein me mostró imágenes reales de los organeles. A veces me pregunto que hubiera pasado si ahora, en vez de ser el año 2001 fuera el año 1957 y mi familia siguiera siendo pobre. Lo más probable es que no estaría escribiendo y dejando "Constancia y Presencia". Aún recuerdo que en mi clase de 180 alumnos había uno sólo que tenia un auto pequeño y, dicho sea al pasar, por ser hijo del gerente del Banco del Estado. Esta situación contrasta con la situación actual con más de un centenar de estudiantes con vehículos motorizados en el estaciona- miento. 130

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