Huella y presencia (tomo II)
Dr.JORGE MARDONES En más de una oportunidad h e rela tado la forma, verdaderamente increíble hoy día, en que había que improvisar dispositivos de investigación. No habían llegado aún al país ra tas de razas de laboratorio (las primeras llegaron años después al Instituto Bacteriológico) . Realizamos nuestros pri- me ros experimentos en ratas grises de alcantarilla, de que nos proveía un empleado del matadero. Eran bastante agresivas, de modo que era necesario manejarlas con pinzas. Re latar los detalles del trabajo en esa época daría para muy largo, y e llos sólo in teresan como curiosidad . Pero los resultados de los experimentos eran rigurosos, y algunos merecieron ser aceptados para publi- cación e n los Comptes Rendues de la Societé de Biologie. El financiamiento de las investigaciones se h acía fundamentalmente por el Instituto Sanitas, del cual Cruz-Coke era director técnico. Esta institución había sido formada por médicos chilenos con el objeto principal de producir nuestros propios medicamentos. Eran los tiempos del auge de los estudios acerca de las secreciones internas yde la opoterapia con extractos de órganos. Este Instituto trajo a Chile al Prof. Wollmann , del Instituto Pasteur, para p erfeccionar sus métodos de preparación d e vacunas. Fue por la iniciativa de este profesor que se fundó la Sociedad de Biología de Santiago como fili al de la Societé de Biologie de Paris. Así como mi vocación científica nació en el Liceo Alemán, mi formación como investigador se desarrolló en el trabajo en el laboratorio de Cruz-Coke, al lad o de todos sus colaboradores, que fueron aumentando con el tiempo. Ahí aprendí muy luego lo que es una escuela cien tífica. Tenía Cruz-Coke una capacidad de asimilación extraordinaria, que pro- bablemente proven ía, no tanto de una memoria privilegiada, como de una habilidad especial p ara reconocer lo importante, y poner en eso su atención , pasando por encima de lo banal. A causa de esta característica, su estada de unos meses en el laboratorio de Lapicque y sus conversaciones con los más destacados representantes del progreso de las ciencias biológicas e n esa época, le permitió asimilar la manera de enfocar los problemas biológicos propia de la tradición que se remontaba a los orígenes de la fisiología. Magendie- Claude Bernard-Paul Bert- Gley-Lapicque , constituían la cadena de l flujo tradicional, en que Cruz-Coke se incorporó como un nuevo eslabón. El cultivo de las ciencias mediante la investigación sistemática no se aprende en libros. Se µ-ansmite como una herencia cultural de persona a persona en el laborar común en cen tros de•investigación. Ahí, si bien el que tiene mayor experiencia lleva la voz cantante, todos y cada uno de los que constituyen la escuela, contribuyen a desarrollar el espíritu común , mediante m diaria participación. De ese modo, todos son activos y pasivos, casi incons- cientemente, en la formació n científica del conj un to. Hay ciertas normas que aprendí en esa escuela, que nunca se me o lvidan : • Nunca plantees una hipótesis de trabajo que no puedas pone r a prueba inmediatamente en e l laboratorio. 79
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=