Huella y presencia (tomo II)

Dr.JORGE MARDONES entonces se denominaba Zoología Médica y Botánica Médica, respectivamen- te. La primera era una mezcla de lo que hoy constituye Biología General, Genética y Parasitología. La segunda enseñaba Fisiología Vege tal y Sistemáti- ca, en especial de aquellas plantas que eran fuentes de medicamentos. Los dos eran investigadores de nota que vinieron al país jóvenes, pero ya bien formados. Llegados a nuestro ambie nte, los absorbió la docencia y la incom- prensión, a lo cual pronto me referiré. El profesor J ohow había hecho del parque de la Escue la de Medicina un verdade ro j ardín botánico, que yo alcancé a conocer ya algo deteriorado. Noé, que era fundamentalmente un parasitólogo, realizó estudios de enfermedad es parasitarias cuya epidemiolo- gía era d esconocida en Chile, como la anemia de los mineros. A11os después coronó su obra con la erradicación de la malaria en Arica. Química enseñaba Adeodato García Valenzue la , que se había formado en Alemania como qu ímico biólogo, el lado de Hoppe Seyler, uno de los grand es valores e n la época e n que se estaba conociendo la estructura química de los o rganismos vivos. En su laboratorio recibió el encargo de estudiar las llamadas ptomaínas, denominación que recibían las substancias que se producen durante la putrefacción cadavérica. Se conocían dos abundan tes, el desarrollo e una tercera, escasa, la hexametilendiamina, que se conoció en la época con el nombre de "sustancia de García". Vue lto a Chile, también lo absorbió la docencia. José Ducci era e l profesor de física. Fue pionero de la introducción d e los rayos Roentgen en medicina, así como d e los tubos de n eón en el comercio y de la radiotelefonía. La anatomía e ra enseñada por e l Decano, Roberto Aguirre, y por los Dres. David Benavente, Basilio Muñoz Pal y GustavoJirón. Todos ellos eminentes cinúanos. En el segundo año, Teodoro Muhm enseñaba fisiología. Su situación era semejan te a la del Prof. García Vale nzuela; pero vuelto a Chile no se dedicó exclusivamente a la Universidad, sino que ejerció la profesión como otorrino- laringólogo. Sus clases eran con frecuencia expe rime ntales, pero en su labo- ratorio no se realizaban investigaciones. De todos los profesores mencionados, sólo los tres primeros se dedicaban exclusivamente a la Universidad. La absorción por la d ocencia se debió a que cada uno de ellos te n ía que enseñar lo que sabía, en las diversas carreras de la Universidad que lo requirieran. Por otra parte, el ambiente no era propicio para la investigación científica. Cuando entré a la Escuela ningún profesor estimulaba a los alumnos a dedica rse a la , investigación científica, y me atrevería a decir que la opinión unánime era que no era posible realizarla e n el país. Por lo demás, a los alumnos los absorbían los estudios; de modo que no podían pensar e n otra actividad. Estábamos acostumbrados, e n la educa- ción secundaria, a un aprendizaj e más bien lento, y nos encontramos brusca- mente abocados a la necesidad de asimilar tal cantidad de materia que nos parecía enorme. Conviene señalar, en todo caso, que los profesores mantenían una constante información acerca de los progresos de las ciencias, que e n ese entonces se 77

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