Huella y presencia (tomo II)

PROEMIO A CUMPLIR LA UNJVERS!DAD DE CH1u 150 años de vida institucional , nos propusimos entregar una visión humanista de quienes han asentado los pilares de nuestra Facultad de Medicina. Así surgió Huella y Presencia que, en su misión testimonial, fue encendiendo nuevos vínculos y abriendo otros álbu- mes en lo que se atesoraban diversos enfoques del quehacer universitario. Comprobamos que no había sido en vano esta iniciativa y, por el contra- rio, teníamos la posibilidad de acceder a esas experiencias cuya percepción nos ilustraría con mayor nitidez sobre la variada gama de académicos y funcionarios que h an marcado una huella en esta Facultad. El tiempo se encarga de tendernos puentes, brindarnos la ocasión propicia para calzar e l proyecto con la meta deseada. En sus 165 años, la Facultad de Medicina reúne gavillas de experiencias, frutos del pensa- miento, valiosos resultados de una anch a siembra inscrita en cada soporte de su existencia. Se dan así las condiciones para un nuevo intento: Huella y Presencia JI. La vida de una institución es una cadena de sucesos en donde personali- dades de distinguido porte académico han colocado pendones de avances cienúficos y humana presencia. Se dispone de una galería amplia, frente a la cual siempre quedaremos en deuda, dadas las características de este esfuer7,o. La aventura resulta fascinante, cálida, enriquecedora, Mientras vamos tocan- do puertas para entregar el llamado a incorporarse a esta nueva versión, traspasamos e l umbral de lo personal, con sus variantes de pensamientos y contribuciones al desarrollo de sus disciplinas. Se retroalimenta así, cada fibra de nuestros sentidos y los ecos se van entrelazando en la urdiembre sólida del h acer universitario. Vemos surgir Úna entrega personal, con su percepción crítica y sus aprehensiones sobre los cambios marcados por la entrada triunfal del tecni- cismo y la modernización. Mas, la Universidad es un nido propicio para investigar, formar y difundir el pensamiento cienúfico que contribuye al espíritu vital de la nación. Por otro lado "el exceso de información" que se atribuye a la era actual, pareciera no interferir en el deseo de conservar las bases que esplenden en las páginas del hoy. El ser humano ama la libertad y por ello se despoja de toda atadura y emprende el vuelo desde lo que es su propia síntesis hasta el sin límites de la imaginación. 9

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