Huella y presencia (tomo II)

Dr. FERNANDO LOLAS STEPKE nuestra condición latinoamericana tenemos cierta tendencia a confundir ambos planos y encontramos profesionales y científicos haciendo tareas proseliústas, propalando mesianismos políticos o simplemente pontificando de todo en ambientes de guruísmo y farándula. He conocido muchas perso- nas excelentes que lo habrían sido aún más si hubieran sabido resistir la tentación a la frivolidad. La institución universitaria esconde otra amenaza. No deja nunca de premiar el trabajo intelectual con cierta obligación administrativa que es en cierta forma su antítesis. Los universitarios son llamados a la conducción de los asuntos institucionales en una u otra forma, formando parte de comisiones, sirviendo en comités de examen y admisión, leyendo trabajos de colegas o desempeñando funciones en la adminisu-ación. Hacerlo es parte de la necesaria solidaridad con el grupo. Se trata de un servicio a la comuni- dad. Para mí, la infinidad de comisiones, comités, grupos de trabajo y esfuer- zos a veces ímprobos y condenados a la inutilidad, se complementó con funciones administrativas de diverso orden: Subdirector del Departamento de Fisiología y Biofísica, Director de la Clínica Psiquiátrica Universitaria, Vicerrector de Asuntos Académicos y Estudiantiles. La tarea administrativa se hace siempre al servicio de otros. Los propios intereses, aunque no se aban- donen, deben supeditarse a los del conjunto. En esas tareas se tiene a veces la satisfacción de poder hacer lo que se considera más conveniente o apropia- do. Por lo general, las decisiones engendran antagonismos y animadversio- nes. A veces, público reconocimiento y salutífern aprobación. De mis servicios docentes, de mi trabajo de investigación, de mis intentos por divulgar ideas y nociones guardo cálido recuerdo. También, aunque diferente, de mis trabajos administrativos. En ellos conté con la ayuda de personas excelentes. Puse a prueba en mí las cristianas virtudes de la toleran- cia, la paciencia y la caridad al tratar con personas de muy diversa condición que incluso en sus empecinamientos me hicieron ver dimensiones insospe- chadas de la Universidad. Si no hubiera tenido detractores habría tenido que inventarlos, tan esenciales son para quien desee servir. Especialmente como vicerrector, cargo que detenté durante cinco años, tuve más motivos para celebrar mi decisión de colaborar con el Rector Jaime Lavados que para lamentarla. EL ESTUDIO DEL COMPORTAMIENTOY DEL LENGUAJE Sin duda, la elección de los temas del trabajo de investigación es materia tanto de designio como de azar. Prueban los estudios sobre la sociología de la actividad científica que los recursos económicos, la presencia de un espíritu influyente y la aquiescencia institucional suelen determinar vocaciones. Se da un fenómeno de retroalimentación positiva: mientras más se sabe más se 61

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