Huella y presencia (tomo II)
HUELLA YPRESENCIA 11 ignora muchas veces que tienen un nombre, que provienen de un ambien- te determinado, en especiales condiciones socioeconómicas y ello h a contribuido a una disminución de las relaciones entre el médico y su paciente y puede ser el origen de una medicina deshumanizada, que pro- bablemente representa uno de los problemas más agudos para los responsa- bles de la salud. La dedicación a los medicamentos, cuyo constante progreso constituye el tercer pilar del progreso médico, significa la obligación de un manejo racio- nal de e llos para que sean realmente efectivos en el momento de prescribir- los. Para ello es necesario crear una actitud -que deseo obtener- y que implica indagar sobre las características del propio enfermo, sus condiciones de vida y por último -como insistimos a nuestros alumnos- conocer su situación socioeconómica, lo que nos permitirá seleccionar el ,nedicamento realmente accesible a cada paciente. Tengo la ilusión de que el fármaco racionalmente administrado repre- sente en el futuro el resumen de la atención médica y pueda ser para el paciente no sólo el símbolo del alivio de su enfe rmedad, sino un medio de conexión con el profesional y su ambiente. Estas motivaciones me llevaron a aceptar presidir la Comisión que tenía por objetivo actualizar el Formulario Nacional de Medicamentos del año 1969, lo que incluía redactar las características de cada uno de los fármacos que lo componían. En este aspecto, manteniendo el concepto de "medicamento esencial", debíamos seleccionar los medicamentos indispensables para la prevención, alivio y curación de las enfermedades prevalen tes e n nuestra población. Gracias a la colaboración de distinguidos académicos de nuestra Facultad y de la Academia de Medicina, pudimos confeccionar una lista de productos farmacéuticos y, posteriormente, en virtud de un convenio entre el Ministerio de Salud, la Universidad de Chile y su Departamento de Farmacología, se redactó la descripción de cada medicamento en Monografías, que fueron oficializadas en 1995 por Decreto Supremo. Ajorge Mardones le agradezco especialmente su capacidad para crear una familia, como fue el Departamento de Farmacología, entre la cual debemos lamentar algunas ausencias. Para mis compañeros académicos, nuestras secretarias y funcionarios que me dieron esa tranquilidad que signi- ficaba vivir entre amigos, con un elevado deseo de colaboración y de paz de nuestro grupo. Estos mismos sentimientos de gratitud son especialmente extensivos a los que colaboraron en mis tareas en la Escuela y en la Facultad de Medicina. Unida a la importancia que han tenido mi esposa, mis hijos y nietos, los cuales fueron siempre un refugio íntimo para renovar energías y poder cumplir mi misión. 56 años de vida universitaria me han producido una sensación de seguri- dad en la persistencia con que nuestra Universidad ha vivido sus crisis, de las 54
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