Huella y presencia (tomo II)
HUELLA YPRESENCIA 11 gicos compiten en m1c1a t1vas para implementar las transformaciones. El estímulo a la creatividad es inme nso. Hay que construir de nuevo. La posibi- lidad es real. El sentido de solidaridad social alcanza niveles admirables. Se hacen habituales los trabajos voluntarios. Los ideales impregnan todas las acciones. Se compite por participar más. Lamentablemente interfieren otros intereses. Poco a poco predominan las confrontaciones. Se malogran grandes esfuerzos. En el país surge la violencia. Se denuncia la utopía. La vida nacional llega a un quiebre. Se interrumpe la democracia. Suceden el drama y la tragedia de Chile. En 1973 todas las universidades son intervenidas. La Universidad de Chile es d isgregada. Se pone término al carácter nacional que ha ten ido desde su fundación. Los nuevos rectores son militares y el nuevo ord~ es militar. Desapar·ece el diálogo. Sólo se cumplen órdenes jerárquicas. El autoritarismo imperante no es el de los venerables maesu·os de la antigua universidad. El cambio introducido es la negación de los principios de la Reforma. Se pierde la convivencia universitaria. Se forman nuevas generaciones de profesionales que nunca alcanzaron a las vivencias de una verdadera universidad n i a la rica experiencia de los años de la utopía. En los jóvenes existe nostalgia por lo no vivido . Los cambios en el ambiente n acional - a l igual que lo que ocurre en otros países- acen túan e l individualismo y hacen de la competitividad e l motor del progreso social. Todos los valores se establecen en el mercado. El lucro es el principal estímulo en las empresas y en los servicios. El autofinan- ciamien to en las instituciones estatales de educación superior marca la nueva era. La Un iversidad de Chile deja de se,· gratuita. En el sector salud se reducen drásticamente las becas de formación de especialistas y los cargos de médicos generales de zona. Aparecen, en cambio, las "becas autofinanciadas". Desa- parecen los trabajos voluntarios. La vuelta a l 1·égimen democrático encuentra a Chile tal vez materialmen- te mejor, pero con mayores diferencias entre los grupos sociales y menores posibilidades para los desposeídos. En las instituciones se ha e nu·onizado el carácter autoritario de casi dos décadas de régimen militar. La modernidad tiene grandes defi ciencias. Reina el pragmatismo y sigue imperando el mone- tarismo. Los jóvenes quedan sin referencia de valores. Por ou·a parte su futuro es incierto. No se ofrece a los egresados perspectivas claras de inserción e n las instituciones de la salud y son entregados tempranamente a la competencia en el mercado del trabajo. Ya no existe un nivel regulador de la producción de médicos en el país. Proliferan las escuelas de medicina particulares. Las expansiones de matrículas en varias facultades se hacen de acuerdo a equili- brios presupuestarios sin atender a las necesidades reales. Se crea una oferta exagerada en algunas carreras, como medicina, mientras se mantiene falen- cias en otras, como enfermería. 46
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=