Huella y presencia (tomo II)

UNIVERSIDAD AYER, HOY. .. ¿Y MAÑANA? Dr. Gustavo Hoecker Ai, PENSAREN UN,1 co,v1msuc1óN para el segundo volumen de un libro en el que destacados colegas han querido recordar sus años de formación acadé- mica, o apreciar el campo de sus actividades y su repercusión en la vida de la Universidad y aun el país, me pregunté cuales valdrían la pena de considerar en todos estos aspectos. Ycomo, con unas pocas excepciones, soy uno de los profesores que más tiempo ha senrido en esta Universidad tan querida, decidí concentrarme en aquellos aspectos que mi experiencia indica son las más importantes y representan e l espíritu de esta Universidad, la mayor y más activa academia de Chile. Mis alumnos y asociados me han oído definir enfáticamente que la Universidad es el sitio del saber superior. Ypodemos agregar, en todos y cada uno de los campos y profesiones que en ella se cultivan . Se trata, por tanto, de un saber que posee a ese nivel, sólo una fracción de la población; en casos extremos, sólo una o unas pocas personas que son las que descubren nuevos hechos, nuevas relaciones en tre los hechos o nuevas maneras de ver o sentir. Lo fundamental de la Universidad es la búsqueda de lo, hasta ese momento, desconocido, pero que una vez hallado abre una visión más profunda de la realidad, incluidos nosotros mismos. Esta creación es lo que distingue a la Academia. Pero la Universidad en base a sus miembros académicos tiene como misión dar a conocer y proyectar el conocimiento superior. Porque una vez descubierta una idea o un hecho nuevo, puede decirse que la Humanidad no vuelve nunca a ser la misma: a través de la trasmisión de este saber básico, se enriquece el saber p~r su interrelación con las teorías existentes o su aplica- ción a nuevos procesos de orden práctico. Yéste es e l otro aspecto cultivado en la Universidad, la enseñanza y desarrollo de la tecnología. Estosjuicios breves son de conocimiento común para las personas ilustra- das. Pero una fracción importante de la humanidad conoce sólo los efectos benéficos o no, a veces incluso trágicos -como la bomba atómica- que la tecnología les hace sentir. Un acápite no muy claro es el interés que nuestros políticos tienen por la ciencia básica, la poesía o el arte, comparados con e l que tienen por los efectos económicos, militares o sociales de la tecnología 37

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