Huella y presencia (tomo II)
PARECE QUE FUE AYER. ..... Miguel Pérez C. S IEMPRE MEPARECERÁ QUEFUEAYER, cuando a los 17 años ingresé a la Facultad de Medicina. Desde entonces y hasta hoy se fueron sumando los a11os hasta completar treinta, cifra que no deja de asombrarme y que por lo mismo resulta dificil de resumir. Rescatar de esas tantasjornadas, los hechos positivos o negativos, como para lograr un balance equilibrado. Igualmente creo que otros podrían estar en mi lugar, con tantos o más años que yo; sin embargo, valoro esta invitación y la agradezco. El primer Decano que conocí fue e l Prof. Dr. Amador Neghme y mi jefe directo la Sra. Lily McCawley. Luego, el Dr. Federico Phillippi B., quien trabajaba en la Cátedra de Medicina del Hospital. El profesor Neghmejunto a otros médicos notables de la época, como lo fueron e l Dr. Carretón y el Dr. Alessandri, tuvieron una participación activa al organizar los Servicios de Bienestar Estudiantil y Asistencia Médica, así como la expansión de la Biblio- teca Central de Medicina, entre otros proyectos para académicos y alumnos que constituyeron una verdadera novedad en el ámbito universitario. Como la cantidad de académicos y funcionarios era mucho menor que hoy, existía una relación más cercana y afectuosa entre todos. Recuerdo con especial afecto al Dr. Lecannelier y los Ores. Mario Penna y Hugo Pumarino, los dos últimos lamentablemente fallecidos. Si bien trabajábamos a concien- cia y sin los elementos de apoyo actuales, también nos hacíamos tiempo para hacer un alto con ocasión de las Fiestas Patrias y fin de año, para compartir momentos de camaradería. No faltaba el viaje anual, incluidas las autorida- des, en donde las anécdotas más variadas contribuían a romper todo proto- colo en sana alegría: La Facultad es parte muy importante de mi vida personal, ya que en ella encontré, además de mi fuente laboral, a mi esposa, con quien formé una familia. Mi hija mayor nació en el año 1975 y ya me ha convertido en abuelo. Tengo dos hijas más, una de 17 a11os que ya está terminando la enseñanza media y la menor de 7 años que nos acompañará en nuestra vejez. La vida de funcionario está matizada de sucesos los que, sumados a la vida institucional, conforman todo un libro d e vida que en la hora de los recuen- tos, es bueno hojear y mirarlos con la serenidad que el tiempo les otorga. Es 175
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