Huella y presencia (tomo II)
LUIS PEREZ M. En este mismo período el trato pasó a ser mucho más familiar, aun cuando las condiciones de trabajo no mejoraban mucho. Nos corresponde cambiarnos al Diente D-1 del n uevo edificio , aún en construcción y cuya primera piedra fue colocada por el Presidente de la República, don Carlos Ibáñez durante su período d emocrático presidencial, ceremonia a la cual tuve el privilegio de asistir. Aquí las condiciones de trabajo mejoran sustancial- mente y la vieja biblioteca cae nuevamente bajo la picota del progreso. Mientras estábamos en e l Diente D, nos sorprende el pronunciamiento militar que trae tantos cambios al país, a la Universidad, a la Facultad y a la Biblioteca. Los Decanos son designados y por ende losJefes de Servicio pasan a ser de su confianza. La Srta. Anabalón es nombrada Directora del Departa- mento de Bibliotecología de la Facultad de Filosofia y Educación, cargo del que es destituida en 1976. Al optar a un cargo en !quique la Sra. Rudy Romero, sucesora de la Srta. Anabalón en la j efatura de la Biblioteca, se me otorga la nominación de j efe de la Biblioteca Central. A pesar de que a mi favor cuentan los méritos de una amplia adhesión, el decreto es detenido en Contraloría General de la Re pú- blica y se designa a o tra funcionaria sin experiencia, pero que contaba con la confianza de las autoridades oficiales de aquel tiempo. Por cierto todo aquello produjo graves trastornos en el manejo de la Biblioteca y luego de otras sucesoras se solicita a la Srta. Anabalón que se re integre y ocupe nuevamente la j efatura, la que ejerce hasta hoy. En todo caso, los Ores. Pizzi y Riesco, Decano y Secretario de la Facultad, respectivamente, me solicitan continuar aportando mi experiencia. Tenemos confianza en que, a pesar de las dificultades económicas, la Biblioteca pudiera recuperar su prestigio nacional e internacional. Sin duda, en un en cuentro como éste, tenemos que caminar a zancadas. Después de todo son cuarenta y tantos años de servicio. Lleguéjoven y soltero. Me retiro viejo y abuelo. Ha pasado mucho agua bajo los puentes y conservo e l cariñoso recuerdo de tantos amigos y amigas, compañeros de tantas vicisitudes, actitudes inolvidables, a poyo incondicional que siento haberme ganado. Todo e llo, bajo esta casa universitaria cuya presencia permanecerá junto a mí hasta e l último halo de mi vida. 173
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