Huella y presencia (tomo II)
Dr. RONALD YOULTON porque sus mentos sean menos, sino porque mi memoria es limitada y mi información no es completa. La historia de esta Sociedad es una creación colectiva y no individual. Por otra parte, dije al iniciar mis palabras, que este relato es mi historia de Hugo y no necesariamente su verdadera biografía. Creo que es importante destacar la labor docente que é l ha desarrollado (él es Profesor Titular desde 1978), no sólo con los alumnos de medicina y con los especialistas en formación, sino también con alumnos de las escuelas de colaboración médica. Para estos últimos publicó el libro "Elementos de Patología General", quizás uno de los libros del área biológica publicado en nuestro país más vendido y con varias ediciones. Orientado más hacia los especialistas fue el libro "Endocrinología y Metabolismo", el que fue una nueva versión del esfuerzo que AlfredoJ adresic hiciera en su época, de editar un texto escrito por miembros de nuestra Sociedad. Como es de todos conocido, el metabolismo calcio-fósforo es la pasión de nuestro personaje. Producto de su dedicación , conocimiento y experiencia fue la publicación de la monografía "Osteoporosis", en 1992. Su centenar de publicaciones científicas e n revistas nacionales y del extranjero, son un testimonio de su incansable actividad. Como reconocimiento d e esta labor, Hugo ha recibido, entre otras, dos altas distinciones: uno es e l premio de la Academia de Medicina e n 1993 y, el otro, otorgado recientemente, es la Medalla Rectoral por servicios distingui- dos a la Universidad de Chile. En el ámbito profesional quizás una de las realizaciones mejor logradas fue la organización del Congreso de la Federación Panamericana de Endocri- nología, de 1994. Recuerdo que durante el Congreso celebrado e n Recife , en 1990, debían reunirse los representantes de las Sociedades de los diferentes países para determinar cual sería la próxima sede. El día antes de la reunión , a la hora de la comida, los chilenos asistentes designamos a nuestros dos representantes, Hugo y Manuel García de los Ríos, en virtud de la can tidad de conocidos que tenían entre los representantes de los restantes países. La pelea final se centró entre México, Argentina y Chile. Gracias al encendido discurso de Manuel que conmovió hasta las lágrimas a nuestros hermanos argentinos, Chile fue designado país sede. Recuerdo también las innumerables reuniones que sostuvimos Hugo, Manuel García de los Ríos, Patricio Contreras, Daniel Mahana, a las que luego se nos unieron Enzo Devoto, José Adolfo Rodríguez y Gloria López. Quizás podría escribirse un libro negro del Congreso con todos los problemas que tuvimos con algunos invitados y, por qué no decirlo, entre nosotros mismos. Pero el tiempo pasa, suaviza las cosas y permite el olvido. Hasta aquí hemos visto a Hugo como alumno, como profesional, como especialista, como académico. Pero ¿como es el Hugo Pumarino de carne y hueso? La respuesta es muy difícil, si no imposible, pero voy a t ratar de retratarlo en dos aspectos que tienen mucha relación con nuestra especiali- dad: su ingesta calórica y el gasto energético. 159
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