Huella y presencia (tomo II)
SEMBLANZA DEL DR. HUGO PUMARINO* Dr. Ronald Youlton EL DIRECTORJO DE LA SOCIEDAD DE ENDOCRINOLOGÍA y Metabolismo me ha encar- gado hacer la presentación del personaje de esta oportunidad. Lo que les voy a relatar es mi visión de Hugo Pumarino através de los 44 años de amistad que nos une; por esta razón les pido que me disculpen que sea tan autorreferente. Era marzo de 1953. La publicación de la lista de alumnos aceptados en Medicina se hacía al lado de la puerta del Decano, que en aquella época estaba en el 2º piso de la casa central de la Universidad de Chile. El proceso de matrícula se realizaba en la Escuela, en la calle Independencia. Estaba en esos trámites y me sentía como pollo en corral ajeno por no conocer a nadie. A mi lado estaba un rucio con cara de buena persona, casi tan perdido como yo. Entablamos conversión. Su nombre era Hugo Pumarino Carte. Ambos habíamos cumplido los 17 años recientemente y en el mismo mes; ambos nos veíamos más inmaduros y con más espinillas que el resto; ambos teníamos los mismos ideales y la misma meta: ser médicos. Creo que todas estas razones, que aparecieron en pocos minutos, fueron motivo para entablar una estrecha amistad que nos une hasta hoy. Hugo es el segundo de cuatro hijos del Dr. Héctor Pumarino, quien fue un disúnguido pediatra de Valparaíso, y de la señora Norita Carte. Para cumplir su sueño debió dejar el regaloneo y comodidades de su casa y venir a para a una pensión en Santiago. En el primer día de clases empezamos a conocer a nuestros compañeros y, entre ellos, a Mireya Bravo, pecosa y con carita de guagua, como si se hubiera saltado de la sexta preparatoria a la Universidad. No sé cuantos días o semanas habrían pasado y nuestro amigo ya estaba de los más ubicado. De ahí en adelante fueron conocidos en el curso como Huguito yMireya. Desde el primer año Hugo se demostró como muy responsable, pausado y a veces serio. Creo, sin que me conste, que tomaba los problemas ajenos como propios, a tal extremo que a lgunos lo llamaban Atlas, por llevar e l mundo sobre sus hombros. *Homenaje de la Sociedad Chi lena de Endocrinología y Metabolismo, efectuado el 9 de abril de 1997. 157
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