Huella y presencia (tomo II)

HUELIA YPRESENCIA 11 set-vicio de ginecología e n el más moderno centro de la especialidad. Nada tenía que e nvidiar a aquellos visitados por é l en Europa y Estados Unidos de Norteamérica. Todavía siento satisfacción y orgullo por haber sido aceptada en ésta, la Clínica Ginecológica más prestigiada y rigurosa de nuestra Universidad. Es aquí donde ha transcurrido toda mi larga y fascinante vida médica. El servicio de ginecología contaba con un selecto grupo de colaboradores que sentían como propias las aspiraciones de l maestro. Todos privilegiaban la asistencia y, en forma muy especial, la docencia. Ellos no sólo participaron directamente e n mi enseñanza teórica y práctica, d e esta complej a especiali- d ad médico-quirúrgica, sino que además, con bondad y firmeza, me mostra- ron el valor del estudio, de la investigación, del trabajo teson ero; como igualmen te me inculcaro n la enorme importancia de la lealtad y del respe to profundo por el ser humano. Para todos ellos mi cariño y gratii ud, ya que, de un modo o de otro, fue ron decisivos en mi formación profesional. Cómo no recordar al Dr. Héctor Cruz M., notable vaginalista, a Eduardo Bruster M., cuyo libro sobre la trompa de Falopio aún hoy es considerado una joya de la ginecología nacional; Ramón Davanzo D., experto cirujano general, especializado e n cirugía ginecológica; de carácter extrovertido que con su simpatía e ingenio aligeraba nuestro espíritu e n momentos de fracasos o de tristezas; Alberto Guzmán F. , distinguido histopatólogo, cuya colaboración fue siempre fundamental en la investigación cie ntífica; Walter Kock dedicado a la e ndocrinología ginecológica; Sergio Fuensalida T., verdade ro precursor en nuestro medio de la terapia de reemplazo hormonal. Me resulta imposible no mencionar a tantos y tantos colegas distinguidos como Francisco Lillo C., Oiga Fischer, Guille rmo Galán, Alberto Pardo, Alfredo Durán B., Humberto Elgueta y otros más, dejando para el final a Amalia Ernst M. , docente extraordinaria, trabajadora, simpática y elegante, ya que fue ella quien , con sus realizaciones científicas, más la actitud visiona- ria del profesor Wood, permitieron a la mujer médico acceder a la Cátedra Universitaria. Todos estos brillantes ginecólogos dirigían y participaban activamente en las unidades especializadas con que contaba dicha clínica. Notables eran las secciones de este rilidad conyugal, prolapso genital, tuberculosis genitoperi- toneal, endocrinología ginecológica, como así mismo, el laboratorio clínico especializado y el laboratorio de histopatología y citología genital. Con e l cor rer del tiempo ingresan a la Clínica Ginecológica nuevos y selectos colaboradores como: Eliana Vale nzuela, creadora del Centro de Patología Ginecológica de la Niñez y Adolescencia; Humberto Briones M., encargado de la unidad de patología Vlllvar, ambas unidades de reconocido prestigio e n Chile y en el extranjero. Imposible no recordar con cariño a Ella Palma C., Aaron Wantman, Graciela Pena, Patricia Aliaga, Lila Coronel, Adda Zunino, Osear González. Y tantos otros de honrosa trayectoria en la especia- lidad. 132

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