Huella y presencia (tomo II)

MI VIDA YLA GINECOLOGIA: RECUERDOS Y AÑORANZAS Dra. Eneida Aguilera S EMPRE RECORDAR/,· CON PROFUNJH EMOCIÓN, aquella tibia mañana de abril, en que, con el corazón alborotado, ingresé por la pue rta ancha y majestuosa de la antigua Escuela de Medicina de la Universidad de Chile. Allí transcurrieron tal vez los a11os más fe lices y queridos de mi ya lejana juventud. Con justicia puedo asegurarles que pertenezco a una generación privile- giada por la vida. Los primeros maestros dejaron huellas imborrables en mi espíritu. Fueron docentes de excepción: hombres cultos, elegantes, respeta- bles. No sólo por su presencia pulcra sino, más que todo, por e l enorme bagaje de sus conocimientos. Estudiando, sufriendo y fracasando, aprobamos po r fin los temidos ra- mos básicos, para pasar a tercer a110 de medicina, al campo de la "clínica". Esta añorada etapa de nuestra formación transcurre en el antiguo y solariego Hospital San Vicente de Paul, ya desaparecido. Aquí recibimos nuevamente enseñanzas prácticas y teóricas de grandes y nombrados médi- cos, orgullo de la medicina chilena; de ellos y de sus generosos ayudantes aprendimos el arte de curar. Yfue allí, en contacto con el enfermo, y con los atinados consejos de nobles auxiliares de enfe rmeria, donde empezamos a sospechar que en algún momento de nuestras vidas llegaríamos a ser médicos. Es en la etapa de las especialidades, donde la ginecología atrae profun- damente mi atención, y es en este centro donde encuentro lo que en el futuro llegaría a ser mi única y verdadera vocación. Después de una larga y h ermosajornada como estudiante, e n septiembre de 1947, recibo el útulo de médico-cirujano, para un mes más tarde, ingresar a la Cátedra Ginecológica Universitaria del profesor.Juan Wood en calidad de ayudante ad honorem. Dirigía este servicio docente el profesor Juan Wood Walters, ginecólogo de excepción, homb1·e austero.justo, estudioso, trabaja- dor incansable; dotado además de gran capacidad organizativa y don de mando. En pocos años el profesor había introducido profundos cambios concep- tuales en asistencia, docencia e investigación, transformando el antiguo 131