Huella y presencia (tomo II)

( LA ESPECIALIDAD DE MEDICINA GENERAL FAMILIARYSU FUTURO Dr. José Manuel Borgoño C uANDOEN 19S9,ELVECANoco1cM1::PRECUNTó, si el Depto. d e Salud Pública Sur podía hacerse cargo de la segunda iniciativa de nuestra facultad, para formar especialistas en Medicina General Familiar, yo di un "sí", no muy convencido todavía del papel de estos esp ecialistas en la atención primaria de salud de nuestro país. En esa época las Facultades de Medicina, la Sociedad Médica de Santiago y el Ministerio de Salud discutían la necesidad de formación de un médico general que tuviera la visión integral para la adecuada atención de salud a nivel primario, con especial énfasis en la prevención y promoción de la salud. Había matices de opiniones entre estos grupos e inclusive también se discutía si tener un especialista general para adi.iltos y otro para niños, decisión que prevaleció en el programa de la Facultad de Medicina de la Unive rsidad Católica. Por lo tanto al asumir en el Depto. de Salud Pública Sur, esta responsabilidad de la formación de especialistas de Medicina General Fami- liar, había un ambiente favorable de las Instituciones académicas y un respal- do del Ministerio de Salud al otorgar becas en el ciclo de destinación para esta especialidad. La idea del Ministerio de Salud era otorgar becas en varias Facultades de Medicina del país, muy especialmente, en aquellas ubicadas e n el Sur y con una ruralidad importante. Así nacieron los programas de la Universidad de la Frontera y de la Universidad Austral. Debo destacar que se pensó prime ro, en entregar esta responsabilidad a los Deptos. de Medicina en la Universidad de Chile, muy especialmente por la Directora de la Escuela de Postgrado de aquella época, profesora Dra. Cristina Palma. Aun cuando yo no estaba en desacuerdo con esa posición no creía que esos Departamentos estuvieran en condiciones de tener recursos humanos para hacerlo, cosa que ratificaron sus directores inmediatamente. Mi respuesta afirmativa a la petición del Decano Goic, se debió en gran parte a la confianza que yo te nía e n mis Académicos: Dras. Isabel Segovia Dreyer y Christel Hanne Altermatt, especialistas en Salud Familiar desde comienzos de la década de los 80, además de reconocer e n e llas su talento, eficiencia, creatividad y tesón. 123

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