Huella y presencia (tomo II)
Dr. OA\110 YUDII.EVl CH particular interés e n esa actividad académica. En mis últimos a1ios en Lon- dres, creamos con colegas de l Departamento de Fisiología y Biofísica progra- mas d e inte rcambio, financiados por un "Link" del British Council. El Decano Alejandro Goic y muchos colegas y estudianles visitaron Londres, para un intercambio de expe rie ncias docentes, especialmente en el postgra- do. Es maravilloso observar que aquellos tambaleantes comienzos de los Programas de Magíster pronto se convirtieron en los mejores de su género en Chile . Esos programas se expandieron al Programa de Doctorado en Ciencias Biomédicas, equivalente al Ph.D. de las Universidades anglosajonas. Impre- siona ver el enorme desarrollo que han alcanzado estos programas de grados académicos superiores, llegando a tener en 1998, 48 estudiantes en vías ele obtener el Doctorado. A fines de los 80 y comienzos de los 90, durante el DecanalO del Dr. Goic, los programas de postgrado y postítulo se desarrolla- ron fuertemente . Me enorgullece que la tesis del primer Doctor en Ciencias Biomédicas haya sido la de l joven médico-cirujano Felipe Barros, que realizó la investigació n para su tesis en mi laboratorio. Más bien en nueslro laborato- rio, ya que Felipe contribuyó grandemente a mi reinstalación en la Facultad de Medicina. Esto fue posible e n gran medida gracias al equipamie n to que pude traer de King's College de la Unive rsidad d e Londres y el generoso apoyo financiero del Welcome Trust y de la British Diabe tic Association. Quie ro aquí rendir home naje a Hermann Niemeyer, que fuera profesor del De partamento de Bioquímica de nuestra Facultad durante muchos años, y quien con su impulso gen eró y contribuyó grandemente al establecimie n to de los Programas de Doctorado en Chile . En 1991 fui nombrado Director de la Oficina del Asuntos Internacionales de la Facultad y en ese marco realizamos un Simposio in ternacional y una exposición titulados "Darwin y la Beagle e n Chile : Evolución Hoy" . Por muchos años me h abía apasionado leer sobre la estadía en Chile de Ch arles Darwin durante el viaj e alrededor del mundo que efecluó a bordo del barco H.M.S. Beagle. Este inte rés fue acrecentado al conocer y crear amistad con el profesor Richard Darwin Keynes, colega de la Universidad Cambridge .Junto a su actividad como fisiólogo eminente. Richard ha recopilado material inédito de su bisabue lo Charles. Luego de los difíciles comienzos un tanto solitarios ha siclo fascinante ver que este tema ha cautivado igualmente la atención de académicÓs y de un amplio público. Se ha hecho eviden le que han visto con gran inte rés la importan cia que tiene para nosotros las observa- ciones que hizo en Chile el eminente naturalista inglés, y que ellas fuero n importantes e n el desarrollo de su pensamiento sobre el origen del hombre y la evolución de las especies. Ha sido fasc inante para mí (y creo haber con tagiado a muchos con este sentimiento) recorre r los caminos que cabalgó Darwin en largas excursiones, por ejemplo, desde Valparaíso a Copiapó, o desde ida y vuelta a Mendoza cruzando la Cordille ra de los Andes. En la regió n Austral he buscado su 121
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