Huella y presencia (tomo II)

l l l ll·.1.1 A Yl'RESEN< :J i\ prt'ce<liú al razonamiento y a la visión e xpe rimen tal de la vida, inheren te al cic111ífirn. Ahí cst,ín <'I Taj Mahal, el Escorial , llamle t, Don Quijote o "la noche en \'da'' de Re mbrandt. Donde la cien('ia es tr;rnsi1oria, el arte es inmortal. Por eso es <]lit' 110 podemos hablar d e "progreso" en e l arte. El arte moderno 110 t'S mejor ni peor que el arte antiguo. Sólo es... dife re nte. La medicina moderna , e n cambio, es mt1chísimo mejor que la a ntigt1a. : Porqué es10 es verdad con la medicina y no con el arte i- l'orque e n , cada período d e la historia, e l artista ha sido un solitario, como un Robinson Crusoc, solo en su isla. Todo artista parte de una línea cero para desarrollar su arte. Rara ,·ez se apoya en la experiencia pictórica an1m11lada en siglos a111e riorcs. F.l a rtista genera su propio mundo y vive sólo con fl. A s11 nrnerle no deja nada y otro pin1or partirá, nuevamente , desd e cero. Esto no es así en e l científico, qt1ien rT,ole cta cuidadosamente los hechos y cxperiencias ant.erion:-s, y las convierte e n nt1evas experiencias. Por ello exist c n intt'ITtrpciones en el arte y contint1idad e n la ciencia. Por esta razón iodo lo qt1c e l hombre de ciencia genera tie ne corta , ·ida. En tanto que una pintura de Van Gogh, Cézanne o Miguel Angel continúan siendo valiosas para la pos1eridad. Un 1rabajo cier11ílico de un im·estigador, trátese de genética, antibióticos, medicina inte rna, puede ser sobrepasado mañana. Porque e l científico, a diferencia del artista, a,·,mza a partir ele lo que otros h an descubieno. Recorde mos siempre esta diferencia entre arte y ciencia. O e ntre arte v medicina, para sacar una lección ele humildad , ya que la verdad científica ele hoy puede ser un error e l día ele mariana. En sie1e arios más, 1iempo que se acorta cada vez más en los calendarios d e la ,·ida, Uds. tcrmina rán la to rtura d e los t'Xámenes y egresarán con las armas quc , con cariño, les habrTmos proporcionado sus docentes, que ya tenemos el sol a nuestras espaldas. Y se prepararán para volar con alas pn>pias. Ese día, espero, Uds. recordarán estos consejos. Porque ese día será el momento tan esperado por tocios Uds. en el que , con la gargan1a apretada por la emoción , y tragando disimuladamente una lágrima, abrazarán a sus padres dicif ndoles: Mamá... Papá... ¡YA SOY UN MEDICO.. .' Santi ago, ol0110 d e 1998 . l I 2

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