Huella y presencia (tomo II)
Dr. SERGIO PUENTE grandeza. Por grandeza quiero decir grandeza en las cosas que hacemos y simplicidad en la manera e n que las hacemos. Hacer cosas que influyan en la vida de mucha gente, pero preservand o siempre la simplicidad personal. Porque grandeza es simplicidad. La dignidad del hombre reside en su habilidad para elegir su dest ino. Uds. han elegido e l mejor destino de todos: una vida de dedicado servicio y dinámica actividad. Si Uds. trabajan con fe y sin desmayo todos vuestros sueños serán realidad. En vuestro trabajo futuro estarán en buen a compañía, porque las figuras gloriosas del pasado los acompañarán. Cuando estén operando, una figu ra de roja barba y ojos brillantes,AndreaVesalio, el an atomista, estará empinado tras vuestros hombros. Cuando conduzcan un experimento fisiológico los vigilarán los oj os melancólicos y pensativos de William Harvey y Claude Bernard. Cuando enseñen medicina, la figura venerable de William Osler, con su cabeza apolínea, se acercará y sentará, como un Goethe médico, a vuestro lad o. Ycuando se acerquen al lecho de un enfermo, las sombras de Hipócrates, de Sydenham o de Boerhaave se reunirán para aconsejarlos. Hay una pregunta que siempre nos hemos hecho: la medicina ¿es un arte o es una ciencia? Ha sido ambas... De hecho, La medicina comenzó siendo un arte. Un arte en el chamán, o sanador de la prehistoria. Un arte en e l filósofo griego y en el iatra romano. O en el fisico e uropeo. La historia nos enseña que sólo a fines d el siglo 18 y comienzos del siglo 19, fueron tantos los adelantos científicos de la medicina que Bichat, el médico pe rsonal de Napoleón obtuvo, de éste, que la Academia de Ciencias de París declarara oficialmente que la medicina dejaba de ser un arte y pasaba a constituirse en una cie ncia. En una ciencia al lado de la fisica, La química, la astronomía, las matemá- ticas. Se apoyaba desde hacía varios siglos, en la botánica de Dioscórides y Galeno, la anatomía d e Vesalio, la histología de Bichat y Morgagni, la fisiolo- gía d e Von Haller y Spallanzani, la semiología de Hipócrates, Auenbrugg y Laennec. Yseguiría apoyándose, en e l futuro, en otras bases, hasta llegar a la genética actual. _ Pero la ciencia siempre roza, en algún punto, coq el arte. Y, a su vez, todo Arte tiene su aspecto científico. El peor hombre de ciencias, dijo Trousseau, e n el siglo 19, es aquel que jamás es artista. Ye l peor artista, el que nunca es cie ntífico. El artista h a sido casi siempre precursor de l hombre de ciencia. Porque la intuición de la realidad es lo que siempre ha usado el artista. Todos los grandes sucesos del descubrimiento médico fueron anticipados por los sue- ños del artista, llámese pintor, poeta o un genio múltiple, como Leonardo. En otras palabras, la intuición artística, su visión de la naturaleza, siempre 111
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