Cabildos filosóficos
Formas de la política -47- puede convertirse en política” (aunque no por la naturaleza de las cosas o porque el Estado directa o indirectamente puede manifestarse siempre), ¿cómo no enfrentar, mitigar o desplazar unas “condiciones de significación” inscritas precisamente en los modos como se han manifestado y dispuesto las cosas en esa superficie o “experiencia” ampliada a la que aludía más arriba? ¿Puede una política transformadora, entendida en el marco de la interacción y sobre todo de la interrupción, asociada siempre a sujetos sociales activos y no “contados” (Rancière 1996), prescindir del esfuerzo por contribuir a moldear de otro modo las “experiencias”? ¿Es posible pasar por alto los tejidos y prácticas donde se construyen las interpretaciones, las formas de lo real y las subjetividades, denegando el agudo conflicto que se da precisamente en el ámbito de las significaciones mismas? Una política disruptiva con perspectiva estratégica no divorciada ni de la cuestión de la “subjetividad”, ni de la capacidad de establecer nuevas “significaciones” ni de un campo muy activo de interacciones, tomará su figura en el marco precisamente de una tensa correlación o pugna con uno o más aspectos, facticidades o relatos de aquella composición histórica, diseño o “unidad compleja” (Foucault) que aquí hemos identificado con el neoliberalismo. Esta política podrá especificar sus intervenciones sobre una serie amplia de prácticas de “gobierno” o de dirección de las conductas, abriendo todo un campo de respuestas, de prácticas de la libertadode “posibles invenciones”, no referidosúnicamente a las luchas más clásicas contra las formas de explotación sino también contra las múltiples formas de dominación y sujeción (Foucault, 1994, 2001 y 2014 y Botticelli, 2016). Enrigor,estecampodiversoderespuestasnoesenFoucault un añadido más a la política, es más bien aquello que la define más propiamente: tiene que ver con la “indocilidad reflexiva” (2007: 11), la intransigencia libertaria o, más directamente, con la resistencia o el reclamo “de no ser gobernado de esa forma”, a ese precio, “por ellos” y para “estos” fines (cfr. 2007). Es clave no pasar por alto el carácter “reflexivo” de la “indocilidad”: hace justicia a la importancia concedida de la Ilustración como referente obligado de la crítica; supone también la invitación a
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