Cabildos filosóficos

-30- Cabildos Filosóficos ¿Qué violencia fracturó al Estado neoliberal? Pascal Antoine La violencia que el Estado proclama legítima como medio del orden se contrapone a la violencia del ciudadano chileno despolitizado que ahora, luego de décadas de violencia neoliberal en un régimen del rendimiento contra las clases explotadas, decide proclamar sus derechos en frente del Estado. Es decir, busca ser admitido como sujeto activamente político, integrante constitutivo de la soberanía del estado. No lo consigue porque la ley de leyes configura el estado como un estado de propietarios. El ciudadano que hace frente en desobediencia a un Estado injusto decide no ser cómplice pasivo del orden que éste impone sobre su cuerpo y sus medios de vida. Con justo resentimiento contra clase política neoliberal dominante que participa con abusiva representatividad en la política, y que se confabula con las clases empresarias, extractivistas y depredadoras, en pro de una reducción y concentración tiránica del poder. Pareciera que algunos pudiesen elevarse por sobre los avatares de la existencia y otros estuviesen condenados a vivir subyugados al imperio de las necesidades, vendiendo a un precio indigente sus horas de vida, parias desterrados dentro de su propio territorio. Chile es la casa del patrón. En Chile la desigualdad es grosera. Desigualdad que no se basa únicamente en una asimetría económica, sino primero en una asimetría político-jurídica. No sólo es legítima, después de los últimos 40 años de República neoliberal, la violencia frente a un Estado sordo y sórdido que mantiene un doble estándar en su justicia, sino que es un deber ético (Henry David Thoreau), ya que la desobediencia civil en su máxima expresión dentro de un Estado plutócrata es la violencia contra la propiedad. Pero una voz en la prensa dice: “toda violencia es igual, no importa de a donde venga”. Nosotros respondemos ¡Gran

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