Cabildos filosóficos

Desigualdades -143- —Mmm, No sé, no me suena muy divertido —Le dijo Macarena, a quien siendo un poco más grande que Catalina, su historia le parecía muy extraña. —No me gusta estar acá... ¡A mi me gustaba cuando con mis papas vivíamos en una casa gigaaaaaaaaante! —¿Una casa? ¡Qué bacan! Pero yo siempre preferí mis aventuras. —No sé qué pasó, por qué nos fuimos de ahí... Yo creo quemis papas estan igual que tu mamá, llevándome de aventura, pero ya me cansé. Un día te voy a invitar a mi casa para que la veas, y ahí vamos a poder jugar todo el día! 9AM, Santiago de Chile Laura tenía una entrevista de trabajo. Por fin, pensaba ella. Luego de despertar a su Lina, la bajó a tomar desayuno con la demás gente. Les dieron una hallulla con jamón y queso, Laura en lugar de comérselo, lo guardó en una servilleta que encontró en la mesa, para más tarde, en caso de que la suerte no estuviera de su lado hoy y su Lina no tuviera once. El albergue donde estaban no era un lugar tan feo y tampoco teníamuchas insuficiencias. Excepto quizás en invierno, pensó. Parecía ser que, antiguamente, el lugar hubiese sido un liceo, y habían muchas camas al aire libre, en lugares que quizás en otro tiempo estaban repletos de estudiantes en los pasillos. Cuando estaban listas, Laura le toma lamano a Lina y parten rumbo a alguna calle a esperar que se llene de autos. El día de hoy tienen para vender bolsitas de maní confitado. Laura deja a Lina sentada en el pasto que crece cerca del semáforo. La pequeña al principio le pelea que ella también quiere vender, y a Laura se le aprieta el corazón por su pequeña, se le aprieta porque todo es un juego entre las dos, un juego que Laura ha aprendido a disfrazar sus llantos con risa y sus pérdidas con llamadas aventuras. Laura ronda entre los autos, ofreciendo y vendiendo maní. Las horas pasan y Lina la llama, le dice que tiene hambre,

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