Mujeres públicas: exposición de la Universidad de Chile 2019-2023

L a escritura alfabética, en el mundo occidental moderno, ha sido la compañera de las formas de instalación del poder: de una cultura sobre otra y de un grupo social sobre otro. El acceso a la educación se ha entendido casi siempre como alfabetización y, para las mujeres, la devaluación histórica de su capacidad intelectual y de su verbo tiene, hasta el día de hoy, consecuencias en el desigual acceso a ella. Muchas escrituras no vieron la luz en forma de publicación impresa, por objeciones de autoridad y de valía estética. Relevar los escritos de mujeres y la configuración de genealogías de mujeres que escriben han sido unas de las prácticas feministas más importantes del siglo XX. No obstante, el uso de otros lenguajes y soportes de comunicación, muchos de ellos feminizados, como los de las agujas e hilos, son también vehículos específicos de la expresión de las mujeres, que muchas veces se cruzan con la escritura formal (como en el caso de las monjas coloniales), mientras que en otras exploran y ensanchan el mundo de formas inesperadas, como las bordadoras y arpilleristas en Dictadura. En el mundo de las letras, de acuerdo con los cánones de los siglos XVIII al XX, los “géneros menores” fueron el espacio dejado a las mujeres y los ocupaon profusamente, especialmente las cartas, a través de las cuales demandaron a la autoridad (siempre masculina) y articularon sus voces. 65

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