Huella y presencia [tomo I]
Dr. LUIS HERVÉ LELIEVRE tes, sus programas de Medicina y Cirugía. Después tuvimos cursos peque- ños, de 30 ó 35 alumnos, que se iniciaban cada año para terminar con el Internado. Entre los años 1965 y 1967 inclusive, la Universidad Católica de Chile envió a un grupo de alumnos de 3er año que se unió al curso de la Universidad de Chile, experiencia que fue del agrado de los alumnos, pero que no pudo continuarse por otros inconvenientes. La dirección hospitalaria facilitó la presencia de alumnos en los Consultorios Externos, y la de Internos en Consultorios periféricos. Tuvimos la satisfacción de anotar el interés de los alumnos de la Universidad de Chile para ingresar al Área Universitaria Sur. La Escuela de Graduados comenzó a enviarnos médicos becados para especializarse, y concedió la regionalización de las Cátedras del Área Sur con los hospitales de las provincias de O'Higgins y Colchagua, establecién- dose reuniones periódicas en Rancagua, San Fernando y otros pequeños hospitales de la zona. Se organiza_ron en ellos los Internados Rurales. Cuando el Jefe de Servicio de Medicina, Dr. Osvaldo Pérez Zañartu, que nos había recibido y ayudado con tanto interés,jubiló en 1978, pude asumir la Jefatura del Servicio que dejaba. Con el Estatuto Universitario, que entró en vigencia en 1972, cambió la organización docente. Vale la pena recordar que antes de esa fecha, la Facultad de Medicina estaba formada por dos tipos de profesores: los Ordinarios y los Extraordinarios. Los primeros eran los jefes de Cátedra elegidos por la Facultad, sin que existiera concurso. Estos profesores eran los administradores de sus Cátedras, y nombraban sus Ayudantes y sus profesores Auxiliares. Formaban parte, por derecho propio, de los Con- sejos de Facultad. En cambio, los profesores Extraordinarios, eran nom- brados a solicitud del interesado y tenían que presentar una tesis original y rendir u'1 examen, que en realidad era una clase sobre un tema sorteado el día anterior. Este profesor podía ejercer docencia donde trabajaba, aunque no fuera Cátedra universitaria, no tenía facultades administrativas docentes, ysólo podía asistir a las reuniones de Facultad, cinco años después de su nombramiento. Solían reemplazar a un profesor Ordinario cuando vacaba la Jefatura de una Cátedra. Los profesores Ordinarios y Extraor- dinarios fueron suprimidos en el año 1972 con el nuevo Estatuto Univer- sitario nacido de la llamada reforma. Todos fueron entonces confirmados como profesores Titulares según la nueva terminología. Se creó una nueva carrera universitaria obligatoria para todos los que hacían docencia. Se estipulaban cinco categorías de docentes: Ayudante o Instructor Segundo, Ayudante o Instructor Primero, Profesor Asistente, Profesor Asociado y Profesor Titular. Había que justificar la entrada al escalafón o su ascenso, con trabajos publicados y actividades académicas, ante una Comisión de Evaluación de la Facultad. Sólo se llega a profesor Titular por cumpli- miento de la carrera docente. No son pocos los que no desearon ser pro- fesores Extraordinarios y que han llegado a ser Titulares. Para muchos, 57
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