Huella y presencia [tomo I]
Dr. CLAUDIO COSTA CASARETTO Hernán Alessandri Rodríguez era Rector interino de la Universidad de Chile por ausencia del titular Juvenal Hernández J aque. Alessandri publicó su resolución de no cobrar el sueldo de Rector y darlo a las memorias con distinción unánime. Fui con mi memoria donde el Rector, y Alessandri, me entregó un cheque por 700 pesos, que fue el precio de mi memoria. Y ahora, que he nombrado al Dr. Lucio Córdova, me abruma el recuerdo de mi hermana Maruja. En el segundo piso de la casa de la calle Monjitas, donde estábamos al echarnos a la calle la demolición del Santa Rita, casa que era propiedad del Dr. Lucio Córdova, quien vivía en el primer piso, murió mi hermana Maruja de una tuberculosis pulmonar galopante, que la tuvo un año en cama. Allí falleció, sin haber gozado de la vida, a los 18 años de edad. Aprovecho esta oportunidad, aunque todos están muertos, de agradecer a los doctores que, con suma generosidad (sin cobrarme nada) asistieron a mi hermanita: Anselmo Hammer, que hizo el diagnóstico mediante el examen microscópico del desgarro; Hernán Alessandri y mi maestro y amigo Arturo Scroggie Vergara, que eran cuñados entre sí, quienes apenas pudieron dar "Dagenán" por falta de un antibiótico contra la tuberculosis. Fue Sótero del Río el que iba a verla, consolándola, todos los días, durante un año, hasta que ella falleció el 26 de diciembre de 1941. Cuando paso por Merced o por Monjitas, de lado a lado, ha quedado vació el sitio donde estaba la casa que me trae tanto dolor. Cierto año, no sé qué "aniñada" (no está en el Diccionario de la Lengua Española de 1970 el significado agresivo de esa palabra chilena) me echó el presidente de la Federación, que estaba en el baile de la Escuela (y cuyo nombre olvidé). Subí rápidamente al laboratorio, amenazándolo, y saqué tres tubos de ensayo con el medio de cultivo para el bacilo de Koch (por supuesto que sin éste), bajé y haciéndome el enloquecido, se los mostré , gritándole que eran bacilos de Koch para tirárselos a su cara. ¡Locuras de juventud! La obra más completa que hice en la Fiesta de la Primavera fue orga- nizar la Feria de Arte y Humor Universitario y d irigir el Concierto de Organillos en la Escuela de Bellas Artes que está en el Parque Forestal. Allí donde estaban las esculturas laterales había una exposición de pinturas de locos auténticos. José Dvoresky presentó sus esculturas hechas con discos de vitrola, que no he visto después en nadie más. Todas las tardes hablaba algún célebre escritor o poeta. Al único que 33
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=