Huella y presencia [tomo I]
Dr. CLAU0IO COSTA CASARETro Íbame, como dije, por el Parque a la Escuela. A mi lado derecho, está el río Mapocho y frente a Recoleta había, y hay todavía, un puente. Tres más existían desde Recoleta a la Estación Mapocho, de donde partían los trenes a Valparaíso. Entremos por Independencia hacia la Escuela. En las esquinas de Santa María con Independencia y La Paz hay un enorme edificio, la Piscina Escolar , que para los tiempos en que se cons- truyó, siendo Ministro de Educación Pública Pablo Ramírez, era moderno, y llevaba la placa del Presidente General Carlos Ibánez del Campo, que el año 1931 , en que yo entré a la Escuela, huyó del país. Este edificio de la entrada de la Av. Independencia se prolongaba hacia el poniente por la calle Borgoño. Todo era dedicado a la salud. Al fondo estaba el Instituto Bacteriológico, fundado por el Dr. Rodolfo Kraus. Tenía una escala doble al frente, donde estaban a cada lado los bustos metálicos de Luis Pasteur y Roberto Koch. Al incendiarse la Escuela de Medicina de Independencia en 1948, ésta se trasladó al Instituto Bacte- riológico, mientras se construía el enorme palacio de la Nueva Escuela, por el arquitectoJuan Martínez Gutiérrez, el mismo de la Escuela de Leyes de la calle Pío Nono de la Escuela Militar y del Santuario de Maipú. Yo utilicé el busto de Pasteur, junto a la cabeza de Roetgen, que hice en el taller de Samuel Román para el caso, en la colosal exposición a propósito de la apertura de la Nueva Escuela por avenida Independencia en 1975. Qué diferente está la avenida Independencia hasta la calle Panteón (que desde 1931 se llama Profesor Zañartu, uno de los muertos por las jaurías de Ibáñez). Cuando veo ahora los recientes cables para los "troleis", recuerdo que por ahí pasaban los carros, generalmente de a dos: uno adelante, cerrado, que arrastraba a un carrito abierto, acoplado. ¡En que mal estado se mantienen las casas que van por el lado oriente de la avenida! Fuera de que han arreglado la entrada de una iglesia que hay al comienzo (frente a otra que está en la esquina de Borgoño), una tercera iglesia, que por fuera parece estar en ruinas, hay en la esquina con Olivos. Junto a ella se conserva igual , con la misma pintura de hace más de medio siglo, con su torreón, que era la Compañía de Cer vece rías Unidas. Al otro lado de Olivos, en la esquina de Independencia, ésta sí que está en ruinas: estaba la Compañía de Electricidad. Más adelante, el Teatro Nacional, el que actualmente se encuentra cerrado. Hay en esta avenida Independencia un gran ausente para los estu- diantes de Medicina de hace más de 60 años; un salvador para muchos que, pidiéndonos algún tomo del Testut, texto de Anatomía, o peor aún, del Testut Latarget, obra en ocho volúmenes, nos dejaban, sin embargo, 29
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