Huella y presencia [tomo I]

HUELLA Y PRESEl\'CIA Mi padre sufrió allí una neumonía. Llamamos a un médico que vivía más adentro (nada menos que uno de los fundadores de la Clínica Santa María), el Dr. Luis Aguilar, quien nos dijo que era cirujano y nos reco- mendó a un internista, cuyo nombre no recuerdo pero que tuvo buen éxito con mi padre. Ordenó ponerle en el pecho y la espalda compresas de linaza caliente, y nada más. La neumonía era entonces una enfermedad cíclica, que en ocho días pasaba en el mejor de los casos. El gran descubrimiento del Prontosil Rojo fue hecho por Domagk en 1932, y de ahí sacó Fournier las Sulfanilamidas en 1935, remedios contra las infecciones. Desde entonces la neumonía ha perdido su r'orma clínica clásica. Recuperado mi padre, comenzó a buscar local, donde trabajar y vivir. Encontró el Emporio Santa Rita, un edificio de adobe de dos pisos, que estaba en la terminación de la calle Santo Domingo, haciendo punta con Monjitas, a la altura de Miguel de la Barra. En la esquina de estas dos últimas calles estaba la Primera Comisaría de Carabineros. Por Santo Domingo la manzana termina en la calle Mosqueto. En esta esquina, al poniente, estaba la consulta del Dr. Luis Prunés, profesor de Dermatología y Sifilografía; y al oriente, todavía se encuentra la casona lúgubre del Dr. Aguirre Sayago. Entre ésta y la mía se hallaba la del Dr. .Julio Bustos. Al frente del almacén, había dos casas de médicos: la del Dr. Julio Schwarzenberg, distinguido pediatra; y haciendo esquina, una casa de dos pisos, con una verja en el segundo y reja metálica de separación con la plaza Bello. Dentro de la reja se hallaba una pileta, que ha quedado en la calle después de demolida la casa, que perteneció al Dr. Roberto Aguirre Luco, profesor de Anatomía y ex Decano de la Facultad. Mi padre compró el Santa Rita, sin pensar que caería pronto, como la casa del Dr. Aguirre Luco y la Primera Comisaría de Carabineros, para dar lugar a la construcción de altura. El Santa Rita se convirtió en el edificio Turri. En un accidente automovilístico (eran poqu1S1mos los que usaban este medio) murieron el Dr. LuisCalvo Mackenna yEmiliano Figueroa Larraín, al parecer amigos del Dr. Aguirre Luco. Figueroa Larraín fue Vicepresidente de la República después de fa- llecer el nombrado por el Presidente don Pedro Montt, que había viajado por barco a Alemania, a raíz de un infarto del miocardio, no diagnosticado aquí, y allá murió. A pie, pues estaba cerca de mi casa, me iba siempre a la Escuela por la línea con vereda que limita el Parque Forestal por el sur y que parte desde el Palacio de Bellas Artes y termina en Recoleta. 28

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=