Huella y presencia [tomo I]

Dr.JORGE E. ALLEJ\:DE habían sido moldeados por las manos expertas de los artesanos del siglo de Pericles. Mirar, sentado sobre una columna, la puesta de sol desde el Acrópolis y ver cómo el Mar Egeo tomaba los colores del vino descritos por Homero es sin duda uno de mis recuerdos más preciados. Después de Atenas, volé a Rodas donde pude ver el sitio a ambos lados de la entrada del antiguo puerto donde posaba sus pies el Coloso y en la ciudad amurallada pasé una velada tomando uzzo y bailando como Zorba con unos parroquianos con quienes me entendía en italiano y a quienes se les metió en la cabeza que yo era un general sudamericano. En otro viaje, en que el Consejo de las Redes Internacionales de Bio- logía se reunió en Amman, J ordania, pasé por Egipto. No me atreví a montar en camello pero me di el gusto de recorrer a caballo el perímetro que circunda las grandes pirámides y la esfinge de Giza. Mucho más im- pactante fue viajar a Luxor y recorrer las sobrecogedoras ruinas de los templos de Luxor y Karnak. Evito participar en "tours", pues en general los acompañantes tienen otros intereses y los guías tratan de pasar lo más rápido posible por su itinerario. Sin embargo, como sólo disponía de unas pocas horas en Luxor para visitar el Valle de los Reyes que está en una extensa zona al otro lado del Nilo, me resigné a inscribirme en un tour de Cooks. Tuve una gran suerte, pues éramos sólo 4 personas y nuestro guía resu ltó ser Peter, un viej ito con bastón y una gran cruz que lo iden- tificaba como un cristiano copto. Peter, cuando niño, había sido el aguatero de Charles Carter, el descubridor de la wmba de Tut-Ank-Amon. Él nos contó, por lo tanto, todos los detalles de esa hazaña y nos dio ricas des- cripciones de las otras tumbas de los fa raones que se encuentran en ese extraordinario paraje. No creo que deba seguir contando cada viaje, pero la ciencia me ha permitido visitar la Gran Muralla China y la Ciudad Prohibida en Beijing, el templo de Borobudur en la jungla de Indonesia, las ruinas de Uxmal en Yucatán y las alturas de Machu-Picchu en Perú. He seguido los pasos de Jesús en la Vía Dolorosa de Jerusalén y he cenado en el templo romano que sirve como sede de la Academia Pontificia en losjardines del Vaticano. El único deporte que practico con cierta regularidad es la natación. He nadado en la playa del puerto de Aqaba en el Mar Rojo y he visto los corales multicolores del Pacífico en Tahiti y en Key West a la salida del Golfo de México. He sido aca riciado por el sol en California y he jugado en las olas de las playas de Perth en el occidente de Australia. He tomado el vaporeto de Venecia para bañarme en el Lido y he admirado las mulatas de Copacabana en Río. Gusto de la música y el balleL He escuchado la Sinfonía "Júpiter" de Mozart en Salzburgo, su ciudad natal, y he presenciado "Aída con la Tebaldi en el Metropolitan de Nueva York. He aplaudido a Nureyev en "Romeo y Julieta" en el Covent Carden de Londres y he vibrado con el piano de Vladimir Ashkenasi en el Concert Gebau de Amsterdam. 25

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