Huella y presencia [tomo I]
LA ALFOMBRA MÁGICA DE LA CIENCIA Dr. Jorge E . Allende PROH:SOR m: BIOQC ÍMIC:A E N <:HII.E SE ESTÁ REl'RODUUENJJO un peligroso fenómeno mundial , pocos jóvenes brillantes optan por seguir carreras de investigación cientí- fica. Hay muchas posibles razones que podrían explicar este preocupante fenómeno. Una de ellas es que hay un cierto desencanto con la ciencia y la tec- nología con respecto a solucionar los grandes problemas mundiales del hambre , la pobreza y la contaminación ambiental. Especialmente con res- pecto a esto último, algunos grupos han tomado la línea de culpar al desarrollo científico-tecnológico del gravísimo deterioro de la biosfera de nuestro planeta. Esto es como seguir la línea de Otto en el famoso chiste alemán y pensar solucionar el problema vendiendo el sofá. La raíz de los problemas de nuestro mundo ciertamente no es el conocimiento científi- co-tecnológico sino la ignorancia, la avaricia, el egoísmo y la opresión de seres humanos por otros seres humanos. Otra de las razones que claramente desincentivan a los jóvenes de embarcarse en carreras científicas en nuestro país es el hecho de que nuestra sociedad no valora a la ciencia y a los científicos. Este desprecio es fácilmente medible en los niveles de remuneraciones y de fondos para la ciencia y en el poco prestigio e importancia que se le otorga a los científicos nacionales. Me parece muy importante, por lo tanto, que los científicos hagamos un esfuerzo de comunicarles a los jóvenes actuales la fascinación de la vida científica que compensa con mucho las dificultades y limitaciones antes mencionadas. Esta es una tarea difícil, pues encuentro imposible transmitir el gozo interior que surge cuando en un instante se nos descorre un velo y vemos claramente una pequeña verdad que hemos buscado con ahínco, o la felicidad que nos lleva a saltar cuando algún experimento nos da una respuesta clara. La vida científica está llena de aventura con sus alegrías y tristezas, triunfos y derrotas pero nunca es aburrida ni rutinaria ni apacible o descansada. Llama a espíritus inquietos que quieren abrir fron- teras y descubrir otros mundos, a los nuevos Colón, Balboa o Magallanes. Otro de los grandes atractivos de la ciencia es su carácter internacional. La ciencia nació "globalizada", sin barreras ni fronteras de naciones. El avance científico es una tarea de todos. Lo que hacemos en nuestros la- boratorios en Chile interesa a científicos que trabajan en campos similares en Japón, Australia, Estados Unidos y la India y viceversa. Por esa razón es que una parte esencial del quehacer científico es la comunicación inter- 23
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