Huella y presencia [tomo I]
HUELLA Y PRESENC IA recuerdo el mayordomo del edificio, famoso por la propiedad que ejercía allí. F.l era Dn. Elías Camus. En el año 1972 ---conlinúa recordando- se prod11ce e l lraslado de esle InslilulO a los edificios nuevos de Indepen- dencia 1027, el que resulló muy impaclante. A pesar de las comodidades que podía ofrecernos un edificio amplio y nuevo, ésle nos pareció frío, inhóspilo, nada de familiar. Así quedó alrás Borgoño 1470, lransformado hacia un deslino doloroso, impaclante para wdos losque allí nos formamos y convivimos en armonía. - ¿Su larga experiencia junto a los alumnos le hace pensar que son diferentes aquellos del mio 60 a los de hoy? ' Tengo la impresión que losjóvenes de hace 30 años eran más formales, incluso en su veslllario. Consideraban wdo un privilegio no sólo el ser universilarios, sino su calidad de fuluros médicos. Las fieslas de bienvenida a los mechones eran alraclivas, alegres, de mucha imaginación. Todoeslaba permilido bajo el alero del respelo a las personas. Creo que en eso se ha perdido mucho terreno, se ve en el lemor con que los recién iniciados acud~n a esa "bienvenida". De igual forma me agrada este conlaclo con los jóvenes postulantes a médico, satisfacer su curiosidad, encaminarlos, contaclarlos e incluso preo- cuparme muchas veces de solucionar sus dificullades más personales. Mi deseo es continuar en eslo mienlras se mantenga esle enlusiasmo que, en la medida que pasan los años , pareciera adherirse con mayor fuerza en nuestra existencia. 142
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