Huella y presencia [tomo I]
LA HUMANIZAC IÓN DE LA MEDICINA, TAREA DE NUESTRA FACULTAD Prof. Dr. Annando R oa L A TECNOLOGÍA si BIEN ES un aspecto esencial de lo más humano del hombre, también tiende a ocultar eso humano en medio del entusiasmo que le provoca el sentirse dueña de la realidad, dejando en la oscuridad el mundo de los sentimientos, de las significaciones, de las trascendencias que le dan sentido a la vida. Preocupación central de nuestra Facultad ha sido d esde muy antiguo y permanentemente, velar por entregar a sus estudiantes y académicos un hombre entero y no la pa rcela exclusiva que ilumina la tecno logía. Ejemplo de esto han sido los cursos de Ética Médica, de Antropología Médica, de Filosofía de la Ciencia, que tienen ya una tradición. En el presente trabajo queremos referirnos a las consecuencias que la excesiva tecno logización de la vida, propia de nuestra época, puede traer a la medicina. Una característica propia de la época actual que ha tomado el d udoso nombre de postmodernidad es eldominio soberano ej ercido sobre la mente por la tecnología, que es una técnica penetrada de ciencia y en íntima relación con la ciencia, pero o rientada, como es lo propio de todas las técnicas hacia el más fáci l manejo y dominio de la realidad. Estas técnicas, como ocurre, por ejemplo, con todo lo derivado de la informática, desde el modesto computador de bolsillo, procuran no sólo liberar al hombre del trabajo manual pesado, sino reemplazarlo en tareas específicamente humanas, como lo son las del pensar abstracto, las de la creación de len- guaje, las de la producción de metáforas, las de las soluciones a velocidad impensable, de complejas operaciones matemáticas. Desde hace tiempo, como se sabe, hay máquinas capaces de jugar ajedrez mejor que un buen maestro y con rapidez suma. Lógicamente las máquinas conducen en mu- chas esferas a resultados iguales o mejores que los humanos, pero en contraste, no experimentan por dentro la sensación de esfuerzo, de an- gustia, de expectación y de gozo, que experimenta el hombre cuando aborda tareas o problemas y los resuelve ; es esa penosidad y gozo propio del trabajo, lo que le hace encariñarse con su resultado y sentirlo como algo personal enriquecedor , íntimamente suyo. El hombre anterior a esta postmodernidad , o sea, el de la época llamada modernidad iniciada con el Renacimiento y la Reforma del siglo xv1, se sentía en noble lucha con la naturaleza y consigo mismo para conocer y disciplinar tanto la realidad como la propia intimidad ; el de ahora, se siente conquistador victorioso en camino de avasallarla, transformarla o incluso sustituirla, en la creencia, 121
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