Huella y presencia [tomo I]
Dr. TULIO PIZZI mos importantes. El principal contacto con los enfermos ocurría en la Cátedra de Semiología, que era paralela con las asignaturas de Patología Médica, de PatologíaQuirúrgica,de Anatomía Patológica yde Terapéutica. En el hospital San Vicente la docencia de Semiología estaba a cargo del profesor Vicuña Herboso: alto, garboso, pero con algunos problemas de dicción. Era un apasionado de la Semiología que enseñaba en forma muy sistemática y minuciosa. Por la misma época, desempeñaba igual cargo, en el hospital del Salvador el profesor Hernán Alessandri, a quien nos referiremos más adelante. La Patología Médica estaba a cargo de otras dos grandes figuras de nuestra Medicina. Uno de ellos era el Dr. Carretón, apuesto, siempre escrupulosamente bien vestido; de elegante figura. Dictaba sus clases teó- ricas en un auditorio ubicado en un bloque de edificación anexo a la Escuela, hacia la calle Panteón, donde también hacía sus clases Larraguibel y en el cual funcionaba, además, la Dirección de la Escuela. Las clases de Carretón eran realizadas en horario vespertino; dichas en un lenguaje pulcro y cuidadoso. Se le veía joven y atildado: parecía un perfecto "play boy", pero tal vez por eso lo sentíamos algo inalcanzable, y distante y quedábamos impresionados por sus finos modales. Todo lo que decía parecía obvio e indiscutible. Era un excelente y erudito médico y un hu- manista en todo sentido. El otro profesor de Patología Médica era el Dr. R. Armas-Cruz. Gran clínico y excelente expositor, destacaba por la claridad y amenidad de sus clases, que siempre dejaban muchas enseñanzas. Personificaba la gran Clínica Francesa con el aporte adicional de Escuelas norteamericanas. Era un paradigma de la sensatez y el buen sentido y trasmitía una sensación de humana bonhomía. Al escucharlo disertar nos parecía estar dialogando con un amigo. Era de contextura recia y con una ligera obesidad. Dictaba sus clases en el antiguo hospital San Juan de Dios. La Patología quirúrgica estaba a cargo del Dr. Fernando Opazo, dis- cípulo de Navarro. Realizaba sus clases en el hospital San Vicente, en un pequeño auditorio ubicado en las cercanías de la capilla del hospital, frente a la cual debíamos cruzar para llegar hasta la sala de clases. Dicha capilla, sobrevivió a la demolición del hospital y aún se alza, aislada y ruinosa en un lugar situado en la parte posterior del hospital Universitario. Las clases de Opazo, se iniciaban con la presentación de un caso clínico, que comen- taba a medida que interrogaba a algún alumno, guiándolo en el diagnóstico. La segunda parte de la clase era una exposición teórica, basada especial- mente en el libro _de Forgue. Murió prematuramente a raíz de complica- ciones de una intervención quirúrgica. El otro profesor de patología quirúrgica era el Dr. Velasco Sanfuentes. Hacía sus clases en un auditorio semicircular, que era a la vez un pabellón de cirugía, con la mesa operatoria al centro, que era abarcable por la vista desde los asientos dispuestos a los lados en forma escalonada. Enseñaba 109
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