Para que nadie quede atrás: a la memoria de nuestras(os) compañeras(os) y maestras(os)

68 HIJO, AMIGO Y COMPAÑERO Por Luz María de la Vega –Patricio qué serás cuando grande? –Médico mamá! Así te podré curar cuando te enfermes, para que nunca tengas problemas ni te mueras. Anita miraba con orgullo a su hijo menor, quien a los cuatro años leía correctamente y recitaba con gracia las poesías del cubano Nicolás Guillén que su madre tanto amaba. Sensemayá, la culebra, sensemayá. ¡Mayombe-bombe--mayombé!. Los alumnos de la es- cuela de Doctor Johow con Dublé Almeyda, donde ella enseñaba castellano,también repetían ¡Mayombe--bombe--mayombé! Años después el amigo de su padre (y compañero de trabajo de quien sería su esposa), el periodista y director de TV Toño Freire y su mujer la actriz Paty Larraguibel, también recitarían lo mismo, moviendo con armonía sus caderas, en alguna reunión social. “La culebra tiene los ojos de vidrio; la culebra viene y se enreda en un palo; con sus ojos de vidrio, en un palo, con sus ojos de vidrio. La culebra camina sin patas; la culebra se esconde en la yerba; caminando se esconde en la yerba, caminando sin patas. ¡Mayombe-bombe--mayombé!” Esa repetición cacofónica le resultaba atractiva a Patricio. La reci- taba sin siquiera pensarlo mientras corría por el segundo piso de su casa en Los Talaveras, la misma que su madre compró con es- fuerzo, guardando mes a mes los ahorros de su sueldo de maestra y de periodista de su marido. “Osvaldo me entrega todo el sueldo a mí, porque sabe que soy buena administradora” , decía ella conorgullo. Fue tanbueno sumétodopara ahorrar que le valió un premio al esfuerzo en el Banco del Estado, con lo que pudo comprar su casa, con grandes columnas y una amplia te- rraza en el segundo piso, similar a las de El Golf, pero en Ñuñoa. Patricio era feliz en ese lugar, salvo cuando su hermana Ivonne que- ría que se tirara del balcón, mientras él se aferraba a los labrados

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