Para que nadie quede atrás: a la memoria de nuestras(os) compañeras(os) y maestras(os)

Para que nadie quede atrás 45 De la misma forma, asume la dirección de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile, que estaba cerrada desde septiembre de 1973, con el propósito de normalizar sus actividades y neutralizar a quienes querían clausurarla definitivamente. “Fui a hablar con el rector (designado), general de Aviación Cé- sar Ruiz Danyau, y le pedí que no cerrara (la Escuela). Le hablé de la necesidad de mantener el periodismo a nivel universitario. Dos días después me llamó el interventor de la sede oriente y me dijo que tenía el encargo del rector de nombrarme director de la Escue- la de Periodismo y tenía que presentar un documento en el cual justificara que no se debía cerrar la Escuela. Ese año egresaron y se titularon 25 o treinta alumnos de la promoción del 73”, escribió Gonzalo en el libro Vendedores de sol. El testimonio del periodista Nelson Sandoval patentiza lo dramáti- co de este episodio. Él, junto a Braulio Olavarría, ambos militantes del MIR de entonces, y otros estudiantes, habían dedicado su Se- minario de Título nada menos que a “El Militarismo Latinoame- ricano”. Advertido sobre el documento, Gonzalo lo quemó perso- nalmente hasta reducirlo a cenizas. “No fue un acto barbárico, fue una acción salvadora”, subrayó Sandoval. Bertrán había evitado que el archivo cayera en manos de los organismos de seguridad, elimi- nando el riesgo consiguiente para sus autores. Finalmente Sando- val se tituló con un Seminario sobre Periodismo Infantil en 1980. Gonzalo deja la Escuela como profesor de televisión cuando los representantes de la dictadura que controlaban la Universidad de Chile deciden trasladar la sede, abandonando el edificio de Los Aromos. “Le dije (al director Eduardo Latorre) que eso no se de- bía hacer porque era una donación a la Escuela de Periodismo”. En efecto, el inmueble que hoy pertenece a la Universidad Metropo- litana de Ciencias de la Educación, UMCE, fue una donación de la familia venezolana dueña del diario El Nacional , diseñado espe- cialmente para una Escuela de Periodismo, con sala de máquinas de escribir y laboratorio fotográfico. Lo mejor de la entretención televisiva Luego de ser despedido de TVN, fue recibido junto con el locutor César Antonio Santis en Corporación de Televisión de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Junto con él, se inició otra época de éxitos en los programas de entretención: en 1979 condujo Lunes Gala y Esta noche Fiesta ; desde mediados de los años 1980 hasta 1995, Martes 13 , considerado el último gran estelar de la televisión chilena. También en esos años se le concedió la dirección de eventos, como la visita de Juan Pablo II a Chile y del programa político De cara al país. En 1995, empezó su último programa, Viva el lunes , con la conducción de Kike Morandé, Cecilia Bolocco y Álvaro Salas. Desde 1986, Bertrán tuvo que conllevar su calidad de director más importante de Canal 13 con una leucemia que se trataba en los Es- tados Unidos. Tras finalizar Viva el lunes , luego de la partida de Kike Morandé a Megavisión, Bertrán falleció en Santiago el 30 de enero de 2001. Tras su muerte, Canal 13 lo homenajeó con la participación de los ya ex animadores del programa estelar. En su funeral, su féretro fue conducido por las afueras de los estudios de Canal 13 y de Televi- sión Nacional de Chile. En la actualidad, el estudio donde realizó muchos de sus programas lleva su nombre. El actual Instituto de Comunicación e Imagen, ICEI, de la Univer- sidad de Chile tiene una deuda de honor y gratitud con este alum- no que en sus 56 años de vida dio tanto brillo, en las buenas y en las malas, a la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile.

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