Para que nadie quede atrás: a la memoria de nuestras(os) compañeras(os) y maestras(os)
198 Padre de trillizos Durante esos mismos años, Toño causó otro tipo de expectación, esta vez casi de renombre nacional: se convirtió en padre de trilli- zos, una damas y dos varones, tras su casamiento con Tita Colo- dro. Y es por lo que agregamos acá la bella, informativa y profun- da semblanza escrita especialmente para estas páginas, por su hija Daniela, trilliza: “Mi papá fue un hombre atípico. De esos seres especiales que pocas veces te topas en la vida. Multifacético y naturalmente un artista, fue pintor, dibujante, caricaturista; músico, guitarrista y estupendo cantante; gran lector, escritor, periodista, publicista, historiador y profesor; y como si eso fuera poco, bombero por más de 50 años y masón. Pero si hay algo que lo caracterizó en su vida fue su per- sonalidad, dotada de nobleza y bondad, acogedora y enamorada. Tenía un corazón calientito, en el que había un espacio para todos sus hijos, sus padres; Alberto, su hermano; todos sus sobrinos, sus nietos adorados y amigos entrañables, que fácilmente lo fueron por varias décadas, y para sus exmujeres, a las que amó profundamen- te. Su casa fue un espacio lleno de libros y música y de él rescaté mi amor a la música clásica, a la lectura y la escritura. Una casa de puertas abiertas, a la que llegaron sus hijos, nietos, su hermano, sus amigos de toda la vida y los nuevos, sus amores, sus alumnos, sus colegas. Y bomberos. Un espacio mágico, que se llevó con él, junto con sus abrazos de brazos fuertes y firmes que espero volver a sen- tir el día que volvamos a encontrarnos”. Los años duros Los que estudiamos en la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile a mediados de la década del 60 sufrimos el golpe de Estado de 1973 prácticamente en el centro mismo de nuestros desarrollos profesionales. A todos, cuál más cuál menos, nos cambió la vida, nos nubló los horizontes y nos obligó a avanzar de otra manera, que jamás habíamos pensado. Sin alargarnos en esto, los contac- tos, los caminos, las actividades y las amistades tuvieron un largo paréntesis desde los convulsionados años de la Unidad Popular y la dictadura, hasta los reencuentros en los años 90. En todo caso, Toño y quien redacta esta nota, nunca dejamos de estar en contacto, aunque fuese lejano. Personalmente, recuerdo que en cierta oportunidad nos topamos quizás por qué motivos en aquel azaroso lapso de nuestras vidas, en la plaza de Armas de Concepción. No olvidaré jamás la frase con que me saludó apura- do, casi sin detenerse a conversar: Con Tita Colodro y los trillizos recién nacidos. Con Tita y los trillizos adultos.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=