Para que nadie quede atrás: a la memoria de nuestras(os) compañeras(os) y maestras(os)

Para que nadie quede atrás 171 Luis Henríquez Álvarez EL VIEJO LUCHO U HO CHI MINH Por Oriana Zorrilla Llegó a nuestra Escuela de Periodismo en 1967. Suponíamos que era mayor, porque antes se había titulado de profesor primario. Era parte de aquellos admirados maestros formados en las escuelas normales. Ellos, al iniciar su vida laboral, debían obligatoriamente tocar algún instrumento, conocían las más bellas poesías de au- tores nacionales o extranjeros, nos disciplinaban en el buen aseo y, además, nos encargaban largas composiciones, escribir perfecto para nuestras tareas de caligraf ía, recitar, memorizar y leer de co- rrido largos textos y saber lo que era la solidaridad y el compañeris- mo desde muy niños y niñas. Ya estaba casado y usaba unos feos y grue- sos anteojos “potos de botella” para corre- gir una alta miopía. De inmediato sentí que sería mi amigo porque nos hermana- ba el ser “cegatones”. Yo usaba los mismos anteojos y cuando me miraba al espejo cada mañana exclamaba “¡ufff me parezco al viejo Lucho!”. Un día mirando diarios y revistas de la época lo identifique “iguali- to” a Ho Chi Minh, el poeta y líder vietnamita, tal vez porque tenía los ojos pequeños y algo achinados. Nunca supe de cómo siguió por largos años con esos sobrenombres, si yo fui su autora o alguien más tuvo los mismos pensamientos míos. Pasaron los años y nuestras vidas tomaron rumbos diferentes para reencontrarnos en 1971, en la radio de la Universidad Técnica del Estado. Nuestras oficinas de prensa estaban en la calle Fanor Ve- lasco 43, en un viejo y espacioso edificio donde compartíamos con Cine y la naciente Escuela de Ingenieros de Tránsito, pionera y tremendamente adelantada para su época propuesta por Enrique Kirberg Baltiansky, el gran rector de la reforma universitaria plasmada en esa universidad. En la alargada sala de Prensa estaban nues- tros escritorios con las viejas Underwood y las no tanto Olivetti. Primero, Max Lau- lié, reportero de Economía, yo que cubría Periodistas presos de la dictadura en Chacabuco. Luis Henríquez, el “tío Ho”, es el cuarto de izquierda a derecha.

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