Para que nadie quede atrás: a la memoria de nuestras(os) compañeras(os) y maestras(os)

Para que nadie quede atrás 163 Secretaría de Comunicación y Cultura. “Se sentía parte del gran desaf ío de contribuir desde allí a la reconstrucción de la democra- cia, bajo el potente liderazgo de Aylwin”. En el ámbito gremial, Giacomo participó activamente y hasta el final en el Colegio de Periodistas, donde fue presidente del Regio- nal Metropolitano y Consejero Nacional de la Orden. En esa etapa compartió labores con nuestra querida compañera Oriana Zorri- lla, desde distintas trincheras políticas, pero siempre unidos por el interés gremial. “Iniciamos nuestros estudios (universitarios) muy jóvenes, pero ya con convicciones políticas arraigadas y profun- das que mantuvimos hasta que la contingencia nos separó durante muchos años, para reencontrarnos como dirigentes del Colegio de Periodistas e intentar desarrollar iniciativas que le dieran fuerza a nuestras demandas y rearticularan la vida colectiva tan venida a menos al retorno de la democracia”. Oriana recuerda que sus diálogos fuera de las sesiones siempre eran respetuosos, pero hilarantes cuando se referían a “su condición de católico ferviente y a mi ateísmo contumaz”. Y relata una anécdo- ta buenísima: “Un día llegó Giacomo diciendo que teníamos que hacer un minuto de silencio por Luis que se había ido a la Casa del Padre y yo le pregunto pero ¿por qué un minuto de silencio?, ¿dónde cresta vive el viejo que hay que hacer un minuto de silencio?! y en medio de todo esto, el Consejo reía a carcajadas, ¡aunque Luis ha- bía muerto de un infarto inesperado!” Italia en el corazón Yo estoy convencida que la herencia de su padre italiano fue más fuerte que la Cordillera de Los Andes, la que habría competido a la par con la Región de la Liguria, donde se encuentra la localidad de Levanto, cuna de don Cesare Vittorio Marasso. Y hasta su apasio- nada afición a las canciones italianas puede tener su origen por esos lados ya que San Remo, fuente inolvidable de nuestro cancionero juvenil, también pertenece a la Liguria. Su amor por Italia lo impul- só incluso a postular al parlamento italiano por el distrito sudame- ricano, uno de los cuatro creados en el exterior que permitían a los ciudadanos residentes en el extranjero elegir a sus representantes. El papá de Giaco llegó a Valparaiso a los 17 años y desarrolló una exitosa carrera empresarial en el campo del espectáculo, creando y dirigiendo en la dé- cada de los 50 “El Goyescas”, un multifacético estableci- miento de tres pisos conec- tados por la primera escala mecánica conocida en Chi- le. En su escenario, actuaron Los Cuatro Ases, el cantante francés Sacha Distel (exmari- do de Brigitte Bardot), Liber- tad Lamarque, Mario Clavel y la escultural Diana Dors, entre muchos otros persona- jes. Oriana me cuenta que Giacomo nunca dejó de llamarla con su nombre en diminutivo, “lo que me hacía recordar mi infancia y nuestras visitas en familia a la confitería Goyescas, ese lugar típico y famoso, cuyo dueño era su padre don Cesare Vittorio Marasso”. Sin conocerse y siendo casi niños aplaudieron a Juliette Greco, Do- ménico Modugno, Aníbal Troilo y Roberto Goyeneche. Ricardo Urzúa recuerda que gozaba con su herencia italiana y sien- do Agregado de prensa en Italia, tuvo una gran alegría al poder es- trechar lazos con sus parientes de esas tierras y conocer la cultura italiana más a fondo, ya que hablaba perfectamente ese idioma. Como corolariode suadmiraciónpor sus raíces italianas, el año2005 Giacomo publicó, en conjunto con Oscar Secnic y Orlando Cecchi, el libro “Italia en Chile: un Amor Productivo”, un valioso testimonio del aporte e influencia de los miles de italianos que han contribuido al progreso y calidad de vida de nuestra nación. Es un libro precio- so y entretenido, con magníficas ilustraciones, que incluye poemas que Pablo Neruda escribió en italiano y pinturas de artistas italianos e ítalochilenos, como Camilo Mori y José Venturelli. La música otra gran pasión Me atrevería a decir que Giacomo Marasso era una persona con amor y pasión por la vida. Y con ese ritmo pausado y cansino, que menciona su colega Ricardo Urzúa, asumía con entusiasmo cada Presentación de disco de su hija Sol.

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=