Para que nadie quede atrás: a la memoria de nuestras(os) compañeras(os) y maestras(os)
Para que nadie quede atrás 147 Luis Álvarez Baltierra LA VOCACIÓN DE UN REPORTERO-EDITOR Por Abraham Santibáñez Luis Álvarez Baltierra, como muchos periodistas de las primeras generaciones forjadas en nuestra Escuela, tuvo una formación cuya originalidad no se repitió más tarde. Parecía un representan- te de la vieja guardia, hecha a pulso, pero no escondía la apostu- ra de un titulado en la universidad. Era una mezcla entre la pura vocación y la teoría que entonces –en los años 50 y 60– recién se consolidaba. Como profesor por años, incluyendo su fructífero paso por la di- rección de la Escuela de Periodismo de la Universidad Diego Por- tales, Lucho probó que su biograf ía fascinaba a los estudiantes de fines del siglo XX y comienzos del XXI. Tenía la experiencia del reporteo en la calle y el respaldo intelectual que recibió de sus profesores, una pléyade tan enamorada del reporteo como de la enseñanza. Como resultado logró permanentemente la adhesión incondicional de la mayoría de sus discípulos. Cuando ya la televisión estaba instalada en Chile, su experien- cia mayoritariamente en prensa escrita, despertaba permanente entusiasmo. Subrayaba que para trabajar como periodista en la tele hay que saber escribir. Insistía, sobre todo, en que el trabajo periodístico, para tener impacto y ser perdurable, debe ser cui- dadosamente planificado. Lucho había comenzado como editor en pequeñas publicaciones con el carabinero-periodista Agustín Oyarzún, también egresado del plantel de calle Los Aromos. Más tarde trabajamos juntos, primero en Ercilla y luego en Hoy. Experiencias de un reportero En un retrato suyo publicado en La Prensa Austral de Punta Are- nas, se le rindió un sincero homenaje desde el título: “Recordando a Luis Álvarez Baltierra, baluarte del periodismo”: “De esa época datan dos episodios que Luis recordaría permanen- temente por la trascendencia que tuvieron para él: uno de ellos, el haber estado presente cuando Pablo Neruda pronunció el discur- so declinando su precandidatura a la presidencia de la República en 1969, para apoyar a Salvador Allende. El otro episodio, fue la oportunidad que tuvo en 1971, en su calidad de columnista de Er- cilla, de integrar la comitiva de periodistas que cubrió la gira de Luis Álvarez Baltierra: reportero, editor y académico.
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