Para que nadie quede atrás: a la memoria de nuestras(os) compañeras(os) y maestras(os)

132 riodista Gustavo González que trabajó con Irene en la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile en el nuevo local del Campus Juan Gómez Millas. Durante su exilio en Buenos Aires escribió en el diario La Calle y luego fue secretaria-asistente de Jacobo Timerman, director del prestigioso diario La Opinión , de oposición a la dictadura militar, donde afirmaba haber tenido una gran escuela. Un dia- rio que inspiró a Emilio Filippi en 1987, al dirigir La Época , el importante diario disidente chileno bajo dictadura. Se la veía tan a gusto en Buenos Aires, donde habían llegado huyendo del golpe varios otros colegas, como Mary Zajer y Ca- milo Taufic, Leonardo Cáceres y Gaby Meza, el ex director de su Escuela de Periodismo Mario Planet, Julio Lanzarotti (fun- dador de la Revista del Domingo ), Lucho Córdova, Faride Ze- rán, y figuras señeras de la vuelta a la democracia como Car- men Hertz, Ricardo Lagos con Luisa Durán, entre otros. Pero… también debió salir de ahí cuando la dictadura militar se en- dureció y secuestraron a su jefe, Jacobo Timerman, quien fue detenido desaparecido por un tiempo… Había comenzado a actuar la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina). Viaje a Alemania Como la situación en Chile no mejoraba, en 1977 partió de Buenos Aires a su Alemania natal donde pasó algunos meses “dando bote”, decía. Desde que volvió a Chile ese mismo año, lamentó lo que le costó retomar su carrera. “Aparecía en todas las listas negras. Todas las puertas estaban cerradas. Incluso tomé un curso de cosmetología,… pero aclara nunca llegué a ejercer…”, aclara. Sin embargo, aquí no se la había olvidado y comenzaron a lle- garle ofertas. Primero de la revista Clan , para años después ser la redactora política de revista Análisis . Simultáneamente ejer- ció como corresponsal del diario italiano Il Manifesto y de La Razón de Buenos Aires. Ese año publicó su primer libro Exilia- rio , con cuentos de experiencias en el destierro. Se arriesgó como copropietaria de la revista sobre artes Plu- ma y Pincel . “Al año quebramos”, cuenta. Entonces la llamaron del matutino Fortín Mapocho , donde culminó como directora. “Fue una experiencia horrenda: el nuevo periodismo post-dic- tatorial no tenía nada que ver conmigo ni con lo que yo había estudiado”, dijo. En su carrera académica fue directora de la Escuela de Periodis- mo de la Universidad de Concepción, siendo la primera mujer en ejercer ese cargo. En 1989 fue contratada por la Universidad Academia de Humanismo Cristiano en Santiago, donde tam- bién dirigiría su Escuela de Periodismo. También fue jefa de carrera en la Escuela de Periodismo de la Universidad Boliva- riana y dictó el curso de Periodismo Político en la Universidad de Chile. Fue muy apreciada y querida por sus alumnos y alum- nas, algunas de las cuales la continuaron visitando y asistiendo en su casa hasta el final. Abril de 2017. María Olivia Monckeberg, directora del ICEI, le entrega reconocimiento a su trayectoria.

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