Nos seguimos movilizando: la revolución será feminista o no será

93 abiertos siempre para hombres y mujeres por igual. Pero no somos como las otras direcciones, pues nuestro origen está en ese abrazo. Darinka Radovic, funcionaria Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas • El despertar feminista tuvo en nuestra organización un impacto profundo y duradero. En el otoño 2018 empezaron a participar activamente más compa- ñeras, y ante el contexto de demandas feministas en la universidad y el país, empezamos a reunirnos de forma bastante espontánea para hablar sobre lo que nos pasaba, cómo nos interpelaban las demandas y cómo situarnos en el movimiento feminista creciente. La magnitud de la violencia machista y acoso sexual que sufrimos de directa o indirectamente en la universidad nos dolía y enrabiaba, y vimos como el patriarcado realmente transversalizaba todo. Poco a poco pusimos más énfasis en el cruce entre el empleo precario y las marginalizaciones que vivíamos por el simple hecho de haber nacido en otro cuerpo que el de la norma y el privilegio. A la vez, al repudiar juntas este estado de las cosas, encontramos fuerza en el colectivo y esperanza de que sí, tal vez era posible cambiarlo todo. En un momento, fuimos casi exclusivamente mujeres y disidencias acti- vas en el sindicato y organizamos un gran número de reuniones y actividades, también integrándonos con otras organizaciones, así como con los grupos sobre seguro social y de cuidados y de trabajo y sindicalismo de la coordi- nadora 8M y con las estudiantas feministas movilizadas. Esta nueva energía en las actividades del sindicato se logró canalizar-formalizar en una nueva directiva compuesta por tres compañeres, dos de elles, compañeras del grupo feminista: presidencia y tesorería, enfrentando el titánico desafío de no solo armar y llevar adelante una nueva dirección, en un formato que no cuenta legalmente con fuero sindical, sino que enfrenta en lo cotidiano ese sexismo

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